El presidente de Estados Unidos, Barack Obama,
afirmó hoy que el levantamiento de las restricciones de los viajes y
remesas de familiares a Cuba representa "una muestra de buena
voluntad" a la que espera que el régimen castrista responda.
En una rueda de prensa conjunta con el presidente mexicano,
Felipe Calderón, Obama reconoció que el cambio en Cuba no se
producirá de repente y "una relación congelada durante cincuenta
años no se deshiela de la noche a la mañana".
Según Obama, corresponde ahora a Cuba dar el próximo paso y "hay
una serie de medidas que puede tomar", para "avanzar más allá de las
pautas de los últimos cincuenta años", entre las que citó la
liberalización de los viajes para los ciudadanos cubanos.
La liberalización, indicó, no se medirá sólo por la mejora en las
relaciones entre Cuba y EE.UU., sino también en la medida que el
régimen permita que se pueda poner en marcha "la iniciativa, el
potencial" de los ciudadanos cubanos.
El presidente estadounidense instó también a La Habana a respetar
los derechos de sus ciudadanos y permitir la libertad de culto, de
expresión, de prensa y de viaje, entre otros.
Su Gobierno, indicó, busca una relación con la isla "basada en el
respeto mutuo por las tradiciones de cada uno, el respeto a los
derechos humanos y las necesidades del pueblo cubano".
Estados Unidos, prometió, "no busca tener mano dura, quiere estar
abierto al acercamiento y lo hará de manera sistemática" si Cuba
responde.
"Soy optimista de que se pueden alcanzar progresos", indicó el
presidente estadounidense.