El Presidente estadounidense, Barack Obama, redobló hoy sus esfuerzos para alcanzar un pacto bipartidista que ponga fin a la crisis de la deuda y evite la suspensión de pagos, con una nueva convocatoria en la Casa Blanca a los líderes republicanos y demócratas del Congreso.
Tras un paréntesis de seis días, Obama volvió a llamar a ambos bandos, por separado, para tratar de acercar posturas a menos de dos semanas del 2 de agosto, fecha en la que el Tesoro de EEUU ha dicho que se quedará sin fondos.
El nuevo impulso viene dado por la llamada propuesta del "Grupo de los Seis", que lanzaron ayer conjuntamente tres senadores republicanos y tres demócratas, y que fue alabada por el propio Obama al calificarla de "consistente" con su propio enfoque.
"La propuesta del Grupo de los Seis es un enfoque amplio con el que estamos de acuerdo, es un marco que nos permite trabajar en una propuesta bipartidista de largo plazo", dijo Jay Carney, portavoz de la Casa Blanca, en su rueda de prensa diaria.
El Presidente estadounidense se mostró esperanzado ante el plan del "Grupo de los Seis", que apunta a un recorte de US$ 3,7 miles de millones en la próxima década.
No obstante y ante la gravedad de la situación, la Casa Blanca aseguró hoy por primera vez estaría dispuesta a aceptar un acuerdo de corto plazo que permita eludir la suspensión de pagos si el Congreso necesita "unos pocos días" para terminar de dibujar un acuerdo amplio que incluya una reducción ambiciosa del déficit.
"Estamos en la última hora, y no nos queda mucho más tiempo", dijo ayer Obama, al llamar a un enfoque bipartidista y recordar que estaba en juego la solvencia crediticia de EE.UU.