India afirmó haber llevado a cabo ataques militares contra "campamentos terroristas" en Pakistán, una medida esperada tras prometer represalias por un ataque militante el mes pasado en Cachemira que causó la muerte de 26 personas.
India declaró en un comunicado en la madrugada del miércoles que no había atacado ninguna instalación militar pakistaní, en lo que denominó una "respuesta precisa y contenida" al ataque del 22 de abril. Posteriormente, indicó que las fuerzas pakistaníes respondieron con fuego de artillería contra zonas de Cachemira controladas por India.
El ministro de Defensa de Pakistán, Khawaja Muhammad Asif, declaró en una entrevista televisiva que los aviones indios nunca entraron en el espacio aéreo pakistaní durante los ataques, que, según el ejército, solo tenían como objetivo a civiles, y que el país tomará represalias. El espacio aéreo pakistaní fue cerrado tras el ataque indio, según informó Abdullah Hafeez, portavoz de Pakistan International Airlines, en un mensaje de texto.
El primer ministro pakistaní, Shehbaz Sharif, calificó el ataque de India como una acción cobarde. “Pakistán tiene pleno derecho ahora a responder de forma adecuada al conflicto que se nos ha impuesto”, declaró Sharif en un comunicado. “No se permitirá que el enemigo logre sus objetivos”.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hablando desde el Despacho Oval, calificó la situación de “vergonzosa”. Estados Unidos había intentado calmar las tensiones, y el secretario de Estado, Marco Rubio, contactó a ambas partes la semana pasada. “Llevan mucho tiempo luchando”, declaró Trump. “Solo espero que termine pronto”.
Acusaciones cruzadas
Los lazos entre los rivales del sur de Asia, -ambas potencias nucleares-, se han deteriorado rápidamente tras el ataque en Cachemira, que India calificó de acto terrorista. El gobierno del primer ministro Narendra Modi acusó a Pakistán de estar involucrado y se comprometió a castigar a los responsables. Pakistán ha negado cualquier vínculo con los ataques.
El Ministerio de Defensa de India declaró que nueve sitios fueron atacados en Pakistán y en Jammu y Cachemira, territorio ocupado por Pakistán. “Nuestras acciones han sido centradas, mesuradas y sin escaladas”, declaró, denominándolas “Operación Sindoor”.
Tras el ataque en Cachemira India suspendió un antiguo Tratado sobre las Aguas del Indo. Pakistán declaró ese mismo día que India había detenido casi por completo el flujo de agua a través de la frontera a través del río Chenab, crucial para el riego agrícola.
Antigua rivalidad
India y Pakistán son dos de los vecinos más enconados del mundo, y las prolongadas tensiones entre ellos se centran en la región fronteriza de Cachemira, una zona del Himalaya reclamada en su totalidad —y gobernada en parte— por ambos. Nueva Delhi, durante décadas, se ha sentido frustrada por lo que considera un apoyo del ejército pakistaní a grupos terroristas que atacan dentro de su territorio.
Los enfrentamientos en las zonas fronterizas han continuado en los últimos días y ambas naciones tomaron medidas para demostrar su preparación operativa. Pakistán realizó pruebas de misiles tierra-tierra esta semana, lo que puso de manifiesto su poderío militar, e India ordenó simulacros de ejercicios militares en varios estados.