Política

La carta macrista para la demanda de un cambio radical

En política desde los años setenta, cuando era militante del peronismo, la actual presidenta de Propuesta Republicana (PRO) se ha posicionado como una precandidata competitiva de la centroderecha argentina, de cara a las elecciones presidenciales de octubre de 2023.

Por: Francisca Guerrero | Publicado: Lunes 26 de diciembre de 2022 a las 04:00 hrs.
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Patricia Bullrich, precandidata presidencial de Argentina.
Patricia Bullrich, precandidata presidencial de Argentina.

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“En el inconsciente colectivo argentino está que la falta de carácter nos lleva a ser débiles y no tener la suficiente potencia como para ponernos al frente de los cambios que hay que llevar adelante (…) Para la sociedad la consistencia, la coherencia, la firmeza y el carácter son las características que van a buscar en nuestra dirigencia”, señalaba en septiembre Patricia Bullrich, cuando en entrevista con el canal transandino Todo Noticias confirmaba su precandidatura a la presidencia de Argentina.

Estas palabras no las dijo de la boca para fuera. La presidenta del macrista partido Propuesta Republicana (PRO) “es quien mejor representa el cambio radical que está buscando la gente, principalmente asociado a la firmeza con la cual ella se planta frente al kirchnerismo y al gobierno actual en cada uno de los temas”, señala Ana Iparraguirre, politóloga vicepresidenta de la consultora GBAO, quien considera a Bullrich como una carta muy “competitiva” de la opositora coalición Juntos por el Cambio, de cara a “la elección más abierta de los últimos 20 años en Argentina”, que tendrá lugar el 23 de octubre de 2023.

Aliada de las policías

Para ganarse esta fama de mujer firme, fue crucial su gestión como ministra de Seguridad durante la administración de Mauricio Macri, que si bien dejó un gusto amargo entre los argentinos por la incapacidad de encontrar un cause que diera solución a los problemas del país, sí anotó algunos logros en esta área prioritaria para la ciudadanía.

Entre estos últimos, Bullrich suele destacar que en 2019 Argentina cerró con la tasa de homicidios más baja desde que se creó la medición en el 2000 y que durante el conjunto del gobierno disminuyeron en un 84% los secuestros.

Estos progresos, la exsecretaria de Estado los atribuye al irrestricto apoyo que otorgó a las policías argentinas, el cual quedó de manifiesto en torno al bullido caso de Santiago Maldonado. “Los organismos de Derechos Humanos lo presentaron como una desaparición forzada, como una víctima de la represión de las fuerzas de seguridad, cosa que terminó siendo un fiasco, porque él murió ahogado. Bullrich defendió el accionar de la Gendarmería en ese caso y ello le generó fuertes críticas de parte de los opositores al gobierno de Cambiemos. Pero en el final, se comprobó que Maldonado no había sido arrestado ni detenido ilegalmente”, recuerda Ignacio Labaqui, politólogo de la Universidad Católica de Argentina.

Por ese accionar, hoy las fuerzas de orden público son las más firmes aliadas de la exministra. Tanto es así, que este año generó polémica que oficiales de la policía de Buenos Aires se cuadraran en su presencia sin la obligación de hacerlo, dado que no ocupa ningún cargo de autoridad. “Gracias por su corazón. ¡Guerra sin cuartel!”, decía el twit que luego tuvo que borrar.

Según ella analiza en algunas entrevistas, “defender a la policía cuando trabaja correctamente, lo que produjo fue más seguridad para los argentinos, porque bajaron los homicidios, aumentaron los decomisos de drogas, bajaron los robos, tenemos 10.000 personas recapturadas que estaban prófugas”.

Con esta postura se ha ganado duras críticas de sus contrincantes políticos, quienes la han comparado con Jair Bolsonaro, pero ella también ha sido dura en su evaluación del manejo que ha dado el oficialismo al crimen y al narcotráfico. Ha indicado que no han sido efectivos porque tienen cierta “complicidad”, lo que a su juicio, quedaría ejemplificado con el procesamiento de Héctor Capaccioli, exsuperintendente de Servicios de Salud y recaudador de la campaña electoral de Cristina Kirchner en 2007, por lavado de activos que provenían del tráfico de medicamentos, más específicamente, de efedrina.

“Entre la complicidad y la permisividad, el narcotráfico no era una materia de trabajo”, indicó juzgando al kirchnerismo.

En el área económica, Bullrich trabaja en consolidar su equipo. “Tiene como principal referente a Luciano Laspina, un diputado nacional y economista que ha estado muy ligado a Mauricio Macri, un hombre muy identificado con las ideas de libre mercado. De hecho, él fue durante mucho tiempo funcionario financiero de bancos de inversión en Nueva York”, sostiene Marcelo Elizonso, director de la consultora bonaerense Desarrollo de Negocios Internacionales.

“No está muy claro que haya logrado todavía un equipo lo suficientemente amplio como para hacerse cargo de las dificultades que tiene la Argentina”, destaca el economista, considerando que el Banco Central del país ya proyecta una inflación de 99,7% para 2023 y de 75% para 2024.

Conversa

El lugar que esta precandidata presidencial ocupa hoy en la política transandina dista mucho de aquel con el que inició su carrera en los años setenta, cuando era una joven militante peronista, cercana a los Montoneros y exiliada durante la dictadura de Jorge Rafael Videla.

Labaqui resume la trayectoria que la llevó hasta ser hoy la presidenta de un partido de derecha: “Desde el retorno a la democracia en 1983 siguió durante un tiempo en el peronismo hasta que terminó yéndose a fines de la década de los 90. Fue ministra de Trabajo del gobierno de Fernando de la Rúa y tuvo fuertes enfrentamientos con algunos sindicalistas, como el líder de camioneros, Hugo Moyano. Tras el colapso de ese gobierno, ella creó un partido propio, Unión por Todos y fue candidata a jefe de gobierno de Buenos Aires en 2003. Luego, en 2007, se acercó al espacio de Elisa Carrió, la Coalición Cívica, aunque luego se distanció y terminó cerca de Macri, a quien acompañó en su gobierno. Tras esa etapa fue nombrada presidenta del PRO”.

Hoy Bullrich “es una candidata de centro derecha convencional, una conservadora en términos políticos y morales, con una agenda de libre mercado en materia económica”, sintetiza Elizonso.

Su camino para convertirse en la candidata de Juntos por el Cambio no está para nada despejado. Tiene como contrincante a Horacio Larreta, quien “cuenta con un perfil más moderado, de diálogo, de consenso”, indica Iparraguirre. Y si bien Macri ha dicho que no se postulará, aún queda paño que cortar a octubre de 2023.

Sin embargo, la firmeza de Bullrich -en estos tiempos de crisis que atraviesa Argentina- siguen jugando a su favor, dándole libertad, por ejemplo, para manifestar su intención de sumar al economista libertario Javier Miley, cuyo electorado jugará un rol clave en caso que en diciembre se enfrente una segunda vuelta presidencial.

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