El gobierno español se está movilizando para contrarrestar los temores financieros en el exterior que amenazan con empañar la buena marcha de la economía ante las próximas elecciones.
El riesgo político y las imprevisibles derivadas de posiciones radicales ante las citas electorales ya están haciendo estragos. Las inversiones en ciertos sectores se resienten y la prima de riesgo española se distancia al alza de sus competidores periféricos. El ministro de Economía, Luis de Guindos, viaja esta semana a las plazas financieras de Londres y Nueva York para explicar las favorables expectativas de crecimiento de la economía española y aplacar las dudas.
Y lo hará en la semana clave, justo antes de los comicios catalanes. El 21 de septiembre viajará a Londres, donde tiene previsto entrevistarse con las grandes agencias de calificación: Moody's, Standard & Poor's y Fitch, según fuentes del Ministerio de Economía. Tras un paso por Bruselas, Guindos viajará al día siguiente a Nueva York, donde se reunirá con grandes inversionistas.
Desde los despachos de Moncloa se admite la creciente incertidumbre sobre el riesgo político electoral. En el gobierno conocen bien la delicadeza de las elecciones generales que previsiblemente se celebrarán el próximo 20 de diciembre, e incluso admiten la posibilidad de que, tras la imposibilidad de levantar mayorías suficientes, se deban convocar otras elecciones en el período de 100 días.
Esta es una de las dos preocupaciones en las plazas financieras: la fragmentación política, la ingobernabilidad. La otra es que si existiese una mayoría suficiente, estuviera a merced de Podemos (partido de corriente más radical), con lo que ello conllevaría de involución en los avances reformistas de los últimos años.
Diferencial de bonos
En estas últimas semanas han acontecido elementos que han empujado al alza las primas periféricas como las crisis en los países emergentes. Pero un buen indicador de que algo pasa en España es que su bono se ha distanciado del italiano, a pesar de que la economía ibérica crece a mejor ritmo que su vecina. El "sorpasso" se produjo a mediados de julio, coincidiendo con la presentación de la lista secesionista de Artur Mas y Oriol Junqueras, y alcanzó su máximo, de 27 puntos básicos, el 11 de septiembre, Diada nacional de Cataluña. la semana pasada se ubicó en 20 puntos.
Desde La Moncloa se ha insistido recientemente en que el inversionista está focalizando su recelo en la ingobernabilidad en España y el acceso paulatino de Podemos al poder. Y que, el desafío separatista no preocupa apenas al mundo financiero por considerarlo prácticamente imposible.
Amenaza separatista
Pero esta jerarquía de las preocupaciones se ha empezado a invertir. El primero en dar una señal explícita fue el servicio de estudios de BBVA, que advirtió una prima de "incertidumbre" en el bono español por el desafío de Mas.
Fue la primera señal de que las elecciones catalanas del 27 de septiembre sí tiene parte de efecto en la prima. Pero luego comenzaron a sumarse otras entidades más explícitas. Royal Bank of Scotland, en un informe del 11 de septiembre, avisó de que el riesgo político de Cataluña ya es más importante que el que pueda derivar de los comicios generales. Y el banco suizo UBS afirmó la semana pasada, sin tapujos, que recomiendan no comprar deuda española hasta que pase la cita catalana.
Guindos, que también se reunirá en Washington con la presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, y el secretario del Tesoro de EEUU, Jack Lew, deberá convencer a los principales jueces financieros de que la economía española no está amenazada. Regresará de su viaje el 26 de septiembre, un día antes de que se resuelva, para bien o para mal, el primero de los múltiples obstáculos que encara la recuperación.