"Bienvenida. Francia la quiere y está
feliz", dijo el presidente francés, Nicolas Sarkozy, a Ingrid
Betancourt, quién manifestó que lloraba de alegría, al llegar hoy a
una base militar cerca de París dos días después de ser liberada
tras casi seis años y medio de cautiverio en manos de las FARC.
"La esperábamos desde hace mucho tiempo. Toda Francia está
impresionada de cómo vuelve, con esa sonrisa, esa fuerza", dijo el
jefe de Estado, que minutos antes la había abrazado, al igual que su
esposa, Carla Bruni, al pie de la escalerilla del avión oficial en
el que viajo desde Bogotá la ex cautiva de la guerrilla colombiana.
"Le debo todo a Francia", señaló Betancourt mirando a Sarkozy, al
que tomó la mano y dijo que había luchado mucho por ella, antes de
recalcar que la "extraordinaria" operación del Ejército colombiano
que permitió su liberación también es "fruto de vuestra lucha".