Las reformas políticas han sido uno de los temas tabú en China desde las protestas de 1989, y en las últimas décadas las autoridades han aumentado su control sobre los discursos políticos de activistas u organizaciones que pudiesen amenazar el dominio del Partido Comunista. Sin embargo, la semana pasada, la villa de Wukan en la provincia de Guangdong -una de las más ricas- realizó las primeras elecciones verdaderamente democráticas.
¿Podrá ser este el primer paso para una liberalización democrática en China? Cuando se desató una ola de protestas en la villa, a fines de 2011, no habían indicios de que el movimiento podría convertirse en un caso especial. La molestia se generó inicialmente por la venta de la última extensión de tierra significativa en el área, para un conjunto residencial de lujo.
Los ingresos de la venta han resultado vitales para los gobiernos locales pero también han servido como medios de corrupción.
Así, los habitantes decidieron rebelarse persiguiendo a sus líderes y estableciendo un consejo de gobierno. Este llamó a elecciones locales el 1 de febrero para elegir a los miembros del comité que supervisarán las elecciones directas del próximo mes donde escogerán a los representantes de la villa y luego al alcalde. Aunque China ha mantenido elecciones desde 1987, “los candidatos casi siempre son elegidos por el Partido Comunista y el proceso eleccionario suele tener fallas”, advierte la Economist Intelligence Unit.
“Efecto demostrativo”
El éxito conducido por los habitantes de Wukan podría tener un importante “efecto demostrativo” para el resto de China, afirmó a FT el profesor de ciencia política en la Universidad de Hong Kong, Joseph Cheng.
Y los miembros del comité ya declararon que seguirán luchando para que la tradición democrática se traspase de generación en generación, teniendo elecciones directas cada tres años. La puerta podría estar abriéndose.