Noviembre siempre trae algo de vértigo. Entre elecciones, conciertos, fin de año y la presión acumulada, pareciera que nadie llega con demasiada energía al tramo final. Ese estado de inquietud social también alcanza a las marcas y a quienes trabajamos en marketing, porque lo que pasa afuera nunca es ajeno a cómo se comportan las personas.
Aun así, entre tanta aceleración, hay una señal que se repite con fuerza: las personas buscan claridad. No buscan grandes discursos ni campañas solemnes; buscan marcas que les alivien la vida, que sean consistentes y que cumplan. Y esto no es intuición: lo vemos todos los meses en nuestros estudios.
Sabemos que más de la mitad de los chilenos declara vivir en “modo de sobrevivencia”, que el 68% está preocupado por el futuro y que el 57% se siente ansioso. Al mismo tiempo, cambian sus prioridades: bienestar, autocuidado, inmediatez y continuidad de los servicios. Las expectativas son claras: que todo funcione siempre. No es capricho; es una necesidad emocional y práctica.
En paralelo, la industria del marketing atraviesa su propio ajuste. Abundan las herramientas, los datos, las plataformas y las posibilidades, pero falta tiempo para pensar mejor. Es fácil confundirse y creer que mientras más acción más impacto, cuando en realidad el desafío es otro: volver a la esencia.
Desde La Vulca lo vemos a diario y también en el Barómetro del Marketing Chileno. En la edición 2025, por segundo año, la inmediatez aparece como uno de los principales problemas del rubro, afectando la estrategia y la creatividad. Por otra parte, 38% de los ejecutivos siente que sus agencias trabajan realmente alineadas por los resultados de la marca, y más de la mitad de los anunciantes declara que tuvo problemas con algún proveedor en los últimos seis meses.
¿Por qué es relevante? Porque en un contexto donde las personas buscan estabilidad y soluciones simples, las marcas necesitan consistencia. Lo esencial -y a veces lo más olvidado- es que sean fáciles de entender. Que su promesa no cambie según la oportunidad. Que resuelvan lo que dicen que resuelven.
Después de todo, el marketing siempre ha tenido una razón de ser muy clara: facilitar la vida de las personas. No se trata de inventar nuevas causas ni de complejizar el mensaje; se trata de ayudar, de resolver, de hacer más simple lo cotidiano. Y cuando el marketing se recuerda a sí mismo esta misión, vuelve a ser útil.
En unas semanas lanzaremos la tercera edición del Barómetro del Marketing Chileno, el único estudio en Latinoamérica que une la visión de anunciantes, agencias, consultoras y ciudadanía en un mismo instrumento. Lo hacemos porque creemos en la importancia de detenerse, mirar, corregir y avanzar con fundamento.
En medio del ritmo vertiginoso del país -con su ansiedad, urgencia y necesidad de certezas- el marketing tiene un rol constructivo que cumplir: ordenar, priorizar, interpretar y conectar. A veces, basta con volver a lo esencial.