La aseguradora AIG pagará hoy US$165 millones en bonos a los
ejecutivos que hicieron las apuestas arriesgadas que tumbaron a la empresa y
que forzaron su intervención pública, lo que ha causado estupor en Washington,
informa EFE.
American International Group (AIG) era una de las mayores
aseguradoras del mundo antes de la crisis y para evitar su quiebra el Gobierno
le ha inyectado más de US$ 170.000 millones, más que a ninguna otra empresa.
Por ello, la noticia de que mantendrá las primas a pesar de los errores
cometidos por sus ejecutivos ha airado a la Casa Blanca y al
Congreso.
"Es un escándalo", opinó Larry Summers, el
director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, en una
entrevista hoy con la cadena de televisión ABC. Al mismo tiempo, afirmó que el
Gobierno puede hacer poco al respecto porque las pagas extraordinarias están
estipuladas en los contratos de los ejecutivos de la compañía. "Estamos en
un país de leyes, hay contratos y el Gobierno no puede abrogarlos", dijo
Summers.
Paradójicamente, recibirán los premios económicos los
empleados del departamento de productos financieros de AIG, cuyas apuestas en
el mercado de derivados llevaron a la empresa al borde de la quiebra. El
Gobierno de George W. Bush se vio obligado a adquirir casi el 80 % de sus
acciones en septiembre para evitar que su colapso arrastrara consigo al resto
del sistema financiero.
Llamada de protesta
La noticia de las bonificaciones motivó una llamada de
protesta el miércoles del secretario del Tesoro de EE.UU., Timothy Geithner, al
principal ejecutivo de AIG, Edward Liddy, según se supo hoy. "Las manos de
AIG están atadas", respondió, sin embargo, Liddy a Geithner en una carta.
Liddy, que fue designado en septiembre por el Gobierno,
explicó que los pagos son obligaciones "legales" establecidas a
principios del año pasado, antes de que se descubrieran los problemas en el
departamento de productos financieros. De hecho, los trabajadores de ese
departamento ya recibieron US$ 55 millones extra en diciembre. Liddy
alertó a Geithner del peligro de que la compañía pierda a algunos de sus
ejecutivos "si los empleados creen que la compensación está sujeta a un
ajuste continuado y arbitrario por parte del Departamento del Tesoro".