Ni siquiera la mayor caída de la Bolsa de Atenas desde 1987, el -12,7% sufrido ayer, logra poner freno a la desbandada de los inversores.
La apertura de hoy otorgó una minitregua efímera. Las caídas se limitaron al 0,6%. Pero con el paso de la sesión las ventas se aceleran y las pérdidas se agravan hasta superar el nivel del 4%. En su desplome pierde claramente el nivel de los 900 puntos.
El descalabro bursátil continúa en los bancos. National Bank of Greece, desinflado ayer un 20%, sufre bajadas adicionales superiores al 6%. Las acciones de Attica Bank bajan otro 10% tras desplomarse un 26% en la jornada precedente.
Curva invertida de la deuda
Pero las alertas se agravan si cabe en el mercado de deuda pública. Al inicio de la jornada de ayer el interés exigido al bono griego a diez años cotizaba en el 7,3%. La noticia del adelanto electoral y en especial el temor a una victoria de Syriza provocan una desbandada que dispara su rentabilidad cerca de 150 puntos básicos.
El interés exigido al bono a diez años se acelera hasta superar hoy el umbral del 8,7%. Durante la mañana los analistas han llamado la atención sobre la curva invertida que ha experimentado la deuda helena. El interés exigido al bono a tres años ha superado el equivalente a la deuda a diez años.
Los expertos destacan que estas situaciones reflejan las previsiones de recesión o, incluso, de 'default'. Los sondeos otorgan la victoria electoral a Syriza, y los inversores temen que el partido de izquierda, si toma el control del Gobierno, apueste por una reestructuración o incluso por impagos parciales de la deuda.