Todos lo veían venir tarde o temprano, pero fue este mismo viernes que el cobre volvió a rondar niveles de máximo histórico en la Bolsa de Metales de Londres (BML), gracias al optimismo que trajeron los últimos precios al consumidor de Estados Unidos.
El futuro de cobre se quedó con un alza de 0,9% a US$ 10.947 por tonelada (US$ 4,97 la libra) en el portal de precios intradía de la BML, acumulando un salto de 3,2% a nivel semanal.
En términos intradía, todavía está a cierta distancia del peak de US$ 11.104,5 la tonelada (US$ 5,04 por libra). Los nuevos avances hacen más probable que, en su rueda diaria, Cochilco informe el lunes un precio histórico, tras la marca sin precedentes del 9 de octubre.
Apoyos fundamentales
Paralelamente, el contrato Comex de EEUU se encontraba en US$ 5,13 la libra. La prima norteamericana sobre el resto del mundo no está en los niveles extraordinarios que se vieron en julio (justo antes de que la Casa Blanca informara la exclusión del cobre refinado en su ronda de aranceles sobre el metal), pero sigue en el centro de la discusión, según observó Goldman Sachs en su paso por la LME Week 2025.
Ahí también la amplia gama de actores del mundo cuprífero coincidió en que probablemente el cobre lograría nuevos récords dentro de pronto. El diagnóstico compartido es el desbalance entre oferta y demanda, dado que grandes faenas han presentado contingencias este año, en un contexto de bajos inventarios.
"Entre estos eventos destacan la inundación en Kamoa-Kakula (mayo), las rebajas en producción esperada de Quebrada Blanca en el reporte al segundo trimestre y nuevamente a inicios de octubre, el accidente en El Teniente a fines de julio, y finalmente el accidente en Grasberg en septiembre, que marcó el punto de inflexión. Estas disrupciones han reforzado la percepción de una oferta frágil y poco flexible frente a la demanda global", dijo a DF el analista sénior de mercado e industria en Plusmining, Juan Cristóbal Ciudad.
Álvaro Merino, director de Núcleo Minero, destacó que "el accidente de Gasberg es un factor muy relevante en la restricción de oferta observada en las últimas semanas. La producción de Grasberg es del orden de 800 mil toneladas anuales y se estima que el impacto en producción sería de 591 mil toneladas menos entre septiembre de 2025 y fines de 2026, de modo tal que el efecto en el mercado es significativo".
Los últimos avances del cobre respondieron a la sorpresa del IPC estadounidense, cuyas principales serias se ubicaron una décima por debajo de las estimaciones de consenso. Esto subraya un contexto que ha sido favorable para las compras de ciertas materias primas.
"Desde la reunión de la Reserva Federal de septiembre, los mercados descuentan una nueva rebaja en la tasa de interés en octubre, impulsadas por una inflación más contenida según la cifra conocida esta semana. Este escenario, además de impulsar la actividad, podría debilitar al dólar y sostener los precios de los commodities, funcionando como un soporte adicional para el cobre", destacó Ciudad.
"Junto a lo anterior, sin duda que la disminución de la tasa de interés por parte de la Fed, expectativas de futuras rebajas de la tasa rectora y la incertidumbre generada por el cierre del gobierno en EEUU ha depreciado el dólar global y ello naturalmente ha presionado al alza el precio del cobre", comentó Merino en una línea similar.
Ciudad también detalló que a largo plazo, la demanda sigue siendo un pilar importante, ya que China muestra resiliencia a la guerra comercial, con importaciones totales que al primer semestre están estables respecto del año pasado, mientras que EEUU impulsa proyectos de abastecimiento interno en el marco de su política de minerales críticos, lo que también apoya la demanda estructural del metal.
Asimismo, la distención entre ambas superpotencias está contribuyendo al alza del metal. Los agentes del mercado esperan atentos la reunión entre Donald Trump y su homólogo chino, Xi Jinping, confirmada para la próxima semana en la cumbre APEC de Corea del Sur.