El oro sigue ganando terreno como uno de los activos financieros preferidos en los portafolios de inversión durante 2025, y con ello su cotización continúa al alza. Este lunes, el metal tocó un nuevo récord, al alcanzar los US$ 3.823 por onza.
En lo que va del año, acumula un avance de 45%, mientras los precios se encaminan a cerrar su tercer trimestre consecutivo en terreno positivo.
“El ascenso del oro se explica principalmente por la expectativa de recortes adicionales en las tasas de la Reserva Federal, que ha debilitado al dólar y reducido los rendimientos reales de los bonos del Tesoro, dos condiciones históricamente favorables para el metal”, aseguró a DF el director ejecutivo de Plusminning, Juan Carlos Gajardo.
Al cierre de esta edición, el dollar index (índice que compara el dólar con múltiples divisas) registró una caída de 10% en lo que va de 2025, lo que a juicio de los analistas consultados, estimula la demanda del metal.
El jefe de análisis de XTB Latam, Ignacio Mieres, complementó que “la percepción de devaluación de monedas fiduciarias en varios países ha reavivado la búsqueda de coberturas de activos reales, donde el oro destaca (junto a algunos activos digitales) como pilar de diversificación”.
Cierre de Gobierno en EEUU
Otro factor que este lunes impulsó la caída del dólar fue la incertidumbre política en Estados Unidos frente al riesgo de un cierre de Gobierno. El proceso anterior se da en el marco de que el nuevo año fiscal del gobierno federal comienza el 1 de octubre y el Congreso aún no ha aprobado los proyectos de asignaciones presupuestarias ni las resoluciones de continuidad que financian a las agencias federales.
La posibilidad de una paralización añade un componente de incertidumbre, ya que podría retrasar la publicación de datos oficiales e introducir mayor volatilidad en los mercados.
Ese escenario de mayor incertidumbre, favorece la compra de oro como activo refugio. De hecho, según cálculos de XTB Latam, desde 1975 el metal ha subido en promedio un 3% en los 50 días posteriores a un cierre de gobierno.
El rol de los bancos centrales
En esta carrera por adquirir oro, los bancos centrales se han consolidado como algunos de los compradores más relevantes. “Los bancos centrales de economías emergentes, sobre todo en Asia, están reforzando sus tenencias como un activo estratégico, con China encadenando ya diez meses de compras”, afirmó Gajardo.
El ejecutivo añadió que la demanda física también ha sido significativa, “con una elevada en Shanghái y la decisión de Pekín de agilizar licencias de importación que han reforzado la entrada de oro al mercado doméstico”.
A esto se suma la adquisición por parte de inversionistas minoristas, que según Mieres “buscan proteger poder adquisitivo y volatilidad de cartera”.
El mayor dinamismo se ha reflejado con fuerza en los ETF (fondos cotizados en bolsa) que respaldan al metal. En el caso del GLD -que respalda oro físico- muestra un alza de 40% en 2025.
Aunque el rally se ha intensificado, el mercado estima que el metal aún tendría espacio para crecer. “Llama la atención que la participación institucional tradicional de grandes gestores y a largo ha sido más bien acotada hasta ahora; su eventual incorporación masiva podría prolongar el tramo alcista si las condiciones macro se mantienen”.
De hecho, Bank of America proyecta que el oro podría alcanzar los US$ 4.000 por onza en el segundo trimestre de 2026. Por su parte, Goldman Sachs estima que el precio podría acercarse a los US$ 5.000 si la independencia de la Fed se viera comprometida.