Fannie Mae anunció una profunda reestructuración de su
cúpula directiva con el fin de atraer la confianza del mercado. Y no es un
cambio paulatino. Este lavado de cara incluye los nombramientos, a efectos
inmediatos, de Peter Niculescu como nuevo responsable de negocio de la entidad,
la designación de David C. Hisey como director financiero y Michael Shaw como
responsable de riesgos.
De este modo, el nombramiento de Niculescu provoca el
abandono anticipado del cargo del vicepresidente ejecutivo y responsable de
negocio Robert J. Levin, quien tenía planeado retirarse el próximo año,
mientras que las designaciones de Hisey y Shaw provocan la salida de Steve Swad
y Enrico Dallavecchia, quienes controlaron las finanzas de la hipotecaria
durante los últimos meses, periodo en el que Fannie Mae se ha depreciado un 90%
y existen serias dudas sobre su supervivencia sin ayuda del Gobierno.
El presidente y consejero delegado de la mayor hipotecaria
de EEUU, Daniel H. Mudd, indicó que los nuevos responsables financieros de la
entidad supervisarán y pondrán en práctica el plan de reducción de pérdidas
crediticias y de gestión de capital de la compañía.
"Este equipo será responsable de cumplir el doble
objetivo de mantener la capitalización y controlar las pérdidas crediticias al
mismo tiempo que Fannie Mae