La
agencia de medición de riesgos Fitch cambió hoy de positiva a estable la
perspectiva sobre el riesgo financiero del BBVA, al tiempo que confirmó
las calificaciones de la deuda a corto y largo plazo de la entidad.
En concreto, aunque Fitch podía haber subido las calificaciones de
BBVA, ya que tenía al banco en perspectiva positiva, ha optado por
mantener la deuda a corto plazo en "F1+" y a largo plazo en "AA-", la
última nota dentro de las del grupo de "calidad con poco riesgo
crediticio".
Sin embargo, la agencia rebajó la nota individual
de BBVA desde "A/B" a "B", mientras que confirmó la calificación a
largo plazo de varias de las filiales del banco.
En un
comunicado, Fitch explicó que cambia la perspectiva sobre el riesgo
financiero del banco por el "difícil" entorno operativo en España, donde
la agencia augura tres años de crecimiento lento de la economía y un
desempleo próximo al 20% de la población activa.
Fitch advirtió
además que BBVA sigue dependiendo de los mercados de financiamiento al por
mayor, aunque en el lado positivo destacó la rentabilidad "robusta" del
banco y la capacidad para generar ingresos.
A juicio de la
agencia de calificación, BBVA se ha mantenido "relativamente inmune" a
las turbulencias de los mercados de crédito y ha seguido ofreciendo
resultados sólidos a pesar del fuerte deterioro económico en sus
mercados principales.
En cuanto a la compra del 24,9% del
turco Garanti por parte del banco presidido por Francisco González,
Fitch sólo menciona que se ayudará de una ampliación de capital próxima a
los 5.000 millones, que a su vez mejorará su solvencia.
Por
último, la agencia señala que por la importancia de BBVA en España hay
"una probabilidad muy alta" de que recibiría apoyo estatal si fuese
necesario.
Al margen de Fitch, la semana pasada, la agencia de
medición de riesgos Standard and Poor's (S&P) confirmó también las
calificaciones crediticias de BBVA, aunque en mantuvo la visión sobre la
solvencia de la entidad española en negativo.