Mercados

Guillermo Larraín: La regulación consolidada del sistema es “necesaria”

Complejidad del mercado y debilidades de los reguladores la justificarían.

Por: | Publicado: Martes 10 de julio de 2012 a las 05:00 hrs.
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La idea de una supervisión conjunta que mire a la totalidad del sistema financiero no es nueva. Y uno de los principales impulsores de avanzar hacia ese modelo de regulación fue en su momento el ex superintendente de Valores y Seguros (SVS), Guillermo Larraín.

Para el ex regulador, la situación actual tanto del mercado chileno como en el exterior da fuerza para que se avance en esta materia, que ve como “necesaria”.

Citando el ejemplo de lo sucedido con el banco Barclays y la polémica de la tasa Libor en el Reino Unido, Larraín afirma que “hay una revalidación de la supervisión de las autoridades, hecha de forma prudente, por encima de la autorregulación”.

Para la ex autoridad, la necesidad de una regulación conjunta sobre los conglomerados financieros se funda en ciertas debilidades que evidencia el sistema actual, en donde no habría una total coordinación entre las superintendencias.

“La institucionalidad del comité de superintendentes (instancia de colaboración y coordinación entre los organismos del sector financiero) es frágil. Se puede extender su campo de acción, pero es débil al compartir la información”, asegura.

Esta necesidad de supervisar en su conjunto al sistema financiero nacería, para el ex superintendente, en ciertos ámbitos en que puede involucrarse un holding financiero, como una compañía de seguros financiando internamente a su banco o viceversa, que a los reguladores le sería más difícil supervigilar.

Según Larraín, habría otro beneficio en llevar adelante la iniciativa, que radicaría en que se fortalecería la autonomía de los reguladores.

Beneficios del cambio


Con respecto a los posibles beneficios que la supervisión consolidada podría tener para el mercado, el ex superintendente señala que éstos se darían de forma gradual, pero que ayudaría a transparentar la información.

“En una primera etapa se puede usar la estructura actual, lo cual es positivo. Ya se ha intentado antes este tipo de regulación, pero más adelante se tiene que fortalecer el comité, en cuanto se pase de una supervisión parcelada (por sectores financieros) a una basada en funciones”, dice.

Sobre los posibles costos, Larraín aclara que serían limitados en el tiempo. “Habrá costos adicionales” asociados a la implementación, si es que ésta se lleva adelante, pero no tendrán larga duración en el tiempo, dice.

Además, a su parecer las industrias estarían receptivas a cambiar a un modelo de supervisión conjunta. Larraín planteó la idea en su rol de superintendente y, según señala, generó cercanía en el mercado.

“La crisis de 2008 dio cuenta de la complejidad del sistema financiero”, afirma, agregando que desde su perspectiva la posición del regulador es legítima. “Además, hay que considerar que las empresas son hoy conglomerados internacionales, con más complejidad”, concluye.

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