Por Sebastián Valdenegro
Los aumentos de capital, que en los últimos dos años han superado los US$ 14.000 millones, explican parte importante del pobre desempeño del IPSA en dicho período, al desequilibrar en la plaza la relación entre oferta y demanda de papeles.
Si bien durante este año se han materializado importantes operaciones, como el histórico aumento de capital de Enersis por sobre US$ 6.000 millones, lo cierto es que el pipeline de operaciones pendientes no es menor y anticipa presiones para el selectivo local.
Según un informe de Banchile-Citi, los aumentos de capital en carpeta ascienden a US$ 4.271 millones, lo que equivale a más de un mes de operaciones bursátiles. Esto, tomando como referencia que en septiembre se transaron US$ 3.594 millones en renta variable a nivel local.
Según el escrito, casi un tercio de dichos recursos
(US$ 1.500 millones) será aportado por accionistas minitoritarios, cifra que equivale a 12 jornadas bursátiles.
Sin embargo, esta cifra no alcanza a incorporar los aumentos de capital de Ripley (US$ 168 millones) e Invexans (US$ 250 millones) lanzados la semana pasada, ni el de Oro Blanco (US$ 120 millones) y Norte Grande
(US$ 92 millones), totalizando US$ 4.901 millones.
En el mercado estiman que la abundancia de papeles y el casi nulo interés de institucionales como las AFP y los fondos mutuos -cuya exposición a acciones locales está en torno a mínimos de los últimos tres años- mantendrán presionada a la bolsa hacia fin de año e inicios del próximo.
El consenso de mercado es que probablemente el IPSA no logrará cerrar el ejercicio sobre los 4.000 puntos.
Para la analista independiente Gabriela Clivio, el IPSA no alcanzará dicho techo a diciembre, a pesar de que ve una mejora de los resultados corporativos.
“A fin de cuentas los precios son el resultado de la oferta y la demanda y no veo demanda por papeles chilenos pensando, además, en próximas bajas de la tasa de interés por parte del Banco Central y cómo esto le va a afectar al tipo de cambio”, dice.
El gerente de Research de Banco Penta, Mauricio Cañas, señala que la presión sobre el selectivo se mantendrá, más aún considerando que los institucionales han sido vendedores netos en acciones locales en 2013. “El IPSA podría situarse a fines de 2014 en torno a los 3.860 puntos y creemos que es difícil que llegue a 4.000 puntos a fin de este año”, dice.
El factor político
Por su parte, el gerente de Estudios de Renta Variable de Santander GBM, Francisco Errandonea, pondera no sólo la sobreoferta de títulos en la bolsa local, sino otros factores, como el aún incierto escenario política local y el retiro de los estímulos monetarios de la Fed.
“Los aumentos de capital serán una presión negativa de un cuarto nivel. La primera presión será el aspecto internacional, el segundo la incertidumbre política-regulatoria que se atenuará si se ve un Parlamento equilibrado en marzo; y tercer lugar los resultados corporativos. Además, los aumentos de capital de otros años han sido más de dos veces los pendientes hoy”, argumenta.