Tiene 75 años y está casado con Evelyn Matthei desde hace 46. Se conocieron en el Colegio Alemán, donde a pesar de tener tres cursos de diferencia, se ubicaban porque ella participaba en las presentaciones de piano y él de teatro. “Me llamaba la atención porque él era muy rubio, le caía un mechón en la cara y tenía unos tremendos ojos azules. Además porque tenía un apellido tan francés en un colegio alemán, lo encontraba como raro”, contó Matthei en una entrevista que dio con su marido en 2020 a la revista Capital.
Jorge Desormeaux creció junto a su madre y hermano entre Buin y Valdivia. A a los 10 años aterrizó en Santiago y entró a la Deutsche Schule, luego estudió Ingeniería Comercial en la UC, e hizo un doctorado en el MIT que nunca terminó porque en el viaje de regreso a Chile le robaron las maletas con la tesis casi lista.
De vuelta en el país, tras cuatro años en EEUU, como profesor de Tópicos de Comercio Internacional tuvo de alumna a Evelyn, quien estaba en quinto año de Ingeniería Comercial. Era la que tenía las mejores notas.
Se reencontraron, pololearon y a los cinco meses se casaron. “Yo tenía la idea de pololear un poco más tiempo”, reconoció él. “Pero le puse la pistola al pecho”, respondió ella riendo en la misma entrevista. El día del matrimonio civil, el padre de la novia, Fernando Matthei, le dijo a Desormeaux: “Yo quiero que sepas que ella tiene un carácter muy difícil”.
En ese entonces la vida que ambos soñaban no tenía ni de cerca a la política.
El Golf 99 y el Banco Central
Desormeaux fue profesor auxiliar y luego adjunto del Instituto de Economía y del MBA de la UC; investigador asociado de la Misión Harvard de Reforma Fiscal a Bolivia; investigador asociado del Banco Mundial en la Sección de América Central, y miembro de la Misión Económica del Banco Mundial a Nicaragua. Además, fue asesor económico y director de diversas empresas nacionales e internacionales, entre ellas AntarChile y Concha y Toro.
En 1997 el empresario Hans Eben compró dos pisos en El Golf 99 e invitó a un grupo de economistas a trabajar allí, que tuvieran algo en común: haber vivido en Boston. Los primeros en sumarse fueron Vittorio Corbo y Jorge Desormeaux. Después se sumaron al grupo Canio Corbo, que venía de Bélgica, Mauricio Larrain, Roberto Méndez y Vicente Monge. La oficina sigue hasta hoy: cada uno tiene su trabajo, pero comparten techo y algunas veces el grupo almuerza junto o trae invitados que exponen en la sala de reuniones.
“Jorge es una bellísima persona, de principios y valores intachables. Es muy ordenado. Es muy criterioso: si tienes dudas, es la mejor persona para conversar”, asegura Hans Eben.
“Jorge es una bellísima persona, de principios y valores intachables. Es muy ordenado. Es muy criterioso: si tienes dudas, es la mejor persona para conversar”, asegura Hans Eben.
En 1999 Desormeaux fue nombrado consejero del Banco Central y entre 2007 y 2009 fue vicepresidente del instituto emisor. Allí coincidió durante 10 años con el economista Klaus Schmidt-Hebbel, que era gerente. “Los dos miembros del consejo del BC que creo que más admiré por su liderazgo profesional, son Vittorio y Jorge (presidente y VP). Hicieron una labor fantástica de modernización en el BC”, dice Schmidt-Hebbel. Y agrega: “Este esquema es el que hoy impera sin cambios. Y Jorge tuvo un rol muy importante de convencer a sus pares de que esto era el BC que debía tener Chile”.
“Era el que tenía el mayor análisis internacional del banco. Su análisis y sus juicios en materia de decisión y luego voto, de si subir, mantener o bajar la tasa era de los más fundamentados y juiciosos de los consejeros”, añade.
En 2019 el economista fue nombrado presidente del Consejo Fiscal Autónomo, cargo que concluyó en 2022.
Costo familiar
Pese a que las carreras profesionales de Desormeaux y Matthei han corrido por carriles totalmente separados, la política infiltró al matrimonio. La pareja vivió el “Kiotazo”, campañas parlamentarias exitosas y otras desastrosas, como la presidencial de 2013, a la que Matthei se debió subir a último momento en reemplazo de Pablo Longueira. Siempre supo que la carrera estaba perdida. Aun así, Desormeaux se involucró con todo en el programa y la campaña. Eso sí, pensaba que la derrota sería por un margen menor. Él, en general, es más optimista que Matthei. “Puedo ser un poquito naif”, ha reconocido.
La mayor parte de la carrera política él la ha apoyado tras bambalinas. Y en los momentos más duros la ha empujado a seguir adelante. Por ejemplo, tras el escándalo del “Kiotazo”, fue él quien convenció a su mujer de no retirarse del mundo público. “Yo era un convencido de que ella había actuado honorablemente -no así otros-, que la caricaturización que se había hecho de ella era injusta y que a través de su trayectoria iba a ser capaz de demostrar que era otra persona, cosa que efectivamente ocurrió”, recordó en la entrevista sobre ese episodio.
Desormeaux ha dicho que para él el poder no tiene el atractivo que puede tener para otros; que no le interesan las fiestas, ni tampoco las luces.
La pareja disfruta yendo a la casa que tienen en Las Brisas, donde el economista suele jugar golf con amigos, mientras la candidata jardinea. Esto, lógicamente, fuera de campaña. Y cuando se trata de viajar, Nueva York es el destino, por las funciones de ópera y la comida. En la casa las labores domésticas se comparten: Matthei cocina y Desormeaux carga los platos en el lavavajillas. Los dos están a cargo de las compras.
Hace tres años Desormeaux fue diagnosticado de Parkinson. Sigue trabajando, a veces desde su casa, otras desde la oficina de El Golf. Y mantiene tres directorios. Esto lo combina con sesiones periódicas de kinesiología.
Pese a que no ha participado en esta campaña, ni asistió al cierre en el Estadio Santa Laura el jueves, está conectado a lo que sucede, y en agosto rompió su silencio, con una entrevista que sacó ronchas en algunos sectores de la derecha: “Creo que vamos a tener menos paz social en un eventual gobierno de Kast que en un gobierno de Evelyn Matthei”, dijo.
“Creo que vamos a tener menos paz social en un eventual gobierno de Kast que en un gobierno de Evelyn Matthei”, dijo en una entrevista en agosto pasado.
Los tres hijos del matrimonio Desormeaux Matthei -Jorge Ignacio, Roberto y Antonia- viven fuera de Chile. La pareja sabe y ha reconocido públicamente la ausencia de Evelyn en la familia por su carrera política. “Lo siente más la hija que los hijos”, dijo Desormeaux a Capital en 2020. “Ellos entienden que su mamá tuvo oportunidades que eran muy atractivas y apoyan lo que hizo. Para nuestra hija, en cambio, fue más difícil”.
Y agregó: “Evelyn es una mujer tan especial, que pedirle que se restringiera a la familia era verdaderamente algo imposible, y además injusto”.