La idea del préstamo, que surgió como uno de los puntos para llegar a acuerdo en la reforma de pensiones, no es nueva.
Se remonta a hace más de un año, cuando fue propuesta por el economista Bernardo Fontaine, -uno de los recientes fichajes del equipo de José Antonio Kast- quien en ese entonces la dio a conocer como una fórmula para alcanzar un consenso parlamentario.
Fontaine ha reconocido la “paternidad” de la idea y, consultado por DF, respondió este martes que “propuse el préstamo frente a la tozudez del Gobierno que quería que las cotizaciones fueran al Estado. Fue bueno y es bueno haberlo propuesto en ese momento para destrabar la reforma y subir las pensiones”.
Añadió que “como lo dije en esa ocasión, lo mejor habría sido y es que las cotizaciones vayan a las cuentas individuales sin préstamo. En eso no he cambiado de opinión”.
“En mi propuesta las cotizaciones entraban a la cuenta individual no a un fondo estatal”, planteó Fontaine respecto a las diferencias de su idea con la ley de reforma previsional.
El origen
Mediante un documento, a mediados de 2024, Fontaine propuso seis puntos para rediseñar la reforma del Gobierno, destacando establecer una cotización adicional de 4%, con una gradualidad de ocho años.
Sobre la distribución de ese 4% de ahorro extra, el economista señalaba en el texto de 2024: “Soy partidario de que toda la cotización adicional vaya a las cuentas individuales de los trabajadores porque es lo justo, lo técnicamente correcto y lo que muy mayoritariamente quieren los chilenos”.
En esa ocasión planteó una fórmula como un “esfuerzo para destrancar la reforma, para conciliar esos tres elementos con los deseos del Gobierno”.
Ahí, Fontaine se la jugó públicamente porque tres puntos fueran directamente a la cuenta individual, “porque lo que le falta a los cotizantes es más ahorro”.
Para el punto restante, apuntaba a destinar “un préstamo solidario transitorio que darían los cotizantes al Estado”, que sería por un plazo de 20 años y decrecería durante los 10 años siguientes hasta que la totalidad del 4% llegara a la cuenta individual.
Respecto a la rentabilidad, el documento proponía que “el Estado les devolvería ese dinero en UF más un interés de 2% anual mediante un bono de reconocimiento a largo plazo emitido al momento de jubilar”. Asimismo, Fontaine agregó que la idea “la propusimos en 2018, cuando también se discutía la creación de un fondo estatal”.
1% a un préstamo solidario transitorio de los cotizantes al estado propuso en 2024 el economista.
El escrito consignó que el beneficio de esta fórmula estaría en que “los cotizantes serían dueños de la totalidad de la cotización adicional, tanto de la parte que va a la cuenta individual, como del préstamo solidario y el Estado contaría con la caja para subir pensiones, obligándose obviamente a destinar estos recursos a eso”.
En el documento agregó que “la certeza del cobro se basa en que el mecanismo del bono de reconocimiento fue ampliamente utilizado para que el Estado devolviera a los trabajadores sus cotizaciones en las antiguas cajas cuando jubilaban” y aseguró que “siempre se pagaron los bonos de reconocimiento, aún en los peores momentos”.
En cuanto a la diferencias de esa propuesta con la “cotización con rentabilidad protegida” que se aprobó finalmente en la ley por un 1,5%, Fontaine aseguró a DF que “en mi propuesta las cotizaciones entraban a la cuenta individual, no a un fondo estatal”. En cambio, señaló que la reforma “creó el FAAP que, como vemos, ya está gastando $ 127 millones en el primer mes antes de funcionar solo en sueldos”.
Falta de acuerdo
Cabe recordar que, cuando Fontaine propuso el préstamo, la reforma de pensiones no solo estaba trabada, sino que además el Gobierno mantenía su postura de que tres puntos fueran a la cuenta individual y otros tres se destinaran a solidaridad.
Es más, inicialmente, cuando La Moneda ingresó su proyecto de reforma previsional al Congreso en noviembre de 2022, la distribución era los seis puntos de cotización adicional a un Seguro Social y ninguno a capitalización individual.
A fines de 2024, la iniciativa logró destrabarse tras una negociación entre la administración Boric y senadores de oposición, cuando se estableció que la cotización se elevaría en siete puntos. Del total, 4% directamente a cuentas individuales; 1,5% a un aporte reembolsable con rentabilidad protegida, más conocido como préstamo; y 1% para aumentar la cotización del actual Seguro de Invalidez y Sobrevivencia (SIS), que en ese entonces era de 1,38% y hoy 1,88%, para destinar el restante a compensar a las mujeres por mayores expectativas de vida.
Debate por deuda
Fontaine aclaró que las pensiones van a subir como quedó aprobado por ley. “La PGU no se toca, tampoco el aumento de pensiones por años cotizados. Menos aún el aumento para las mujeres”, expresó.
A su juicio, “sustituir el préstamo es una mejora que beneficia a los trabajadores porque les da más seguridad” y aseguró que no aumenta la deuda del Estado, sino que transparenta una deuda que ya existe con la reforma.
El economista enfatizó en que su posición no ha cambiado y planteó que “siempre es bueno y oportuno mejorar las políticas públicas y eso se ha hecho otras veces”.