Con la agenda copada, la vicepresidenta ejecutiva de la Federación Internacional de Administradoras de Fondos de Pensiones (FIAP), Karol Fernández, se mueve de reunión en reunión.
La economista está afinando los detalles de cara a la vigésima segunda versión del seminario internacional que organiza el gremio, que este año tendrá a Chile como sede.
El encuentro se llevará a cabo el 13 y 14 de octubre y contará con más de 40 spekears. Se espera que congregue a más de 200 personas del mundo previsional y financiero, entre AFP chilenas y sus símiles en otros países de América Latina, autoridades y grandes gestores de fondos de Chile y el mundo.
Uno de los temas que marcará el seminario será la implementación de la reforma previsional y las principales tendencias a nivel internacional en materia de pensiones.
“He escuchado a algunos que dicen que no hay que abrir de nuevo el debate previsional. La discusión sobre las pensiones siempre tiene que estar presente en la agenda de cualquier Gobierno, porque los sistemas de pensiones van evolucionando”.
“Esta reforma era muy necesaria y esperada. Es muy importante que se haya avanzado en esa dirección y se haya logrado aprobar, aunque no es la reforma que todo el mundo soñaba, pero al menos es un avance”, sostuvo Fernández en entrevista con DF.
- Uno de los temas pendientes, que ha sido planteado por el propio superintendente de Pensiones es el gobierno corporativo del regulador. ¿Se requiere que sea colegiado?
- En esta reforma se perdió la oportunidad de haber modernizado a la Superintendencia de Pensiones, porque además asumió un montón de nuevos desafíos, responsabilidades y todo recae finalmente sobre un superintendente.
Sería deseable que funcionara más como un consejo donde haya distintas voces y no que finalmente toda la culpa o todas las glorias se las lleve una sola persona.
A nivel internacional, lo que uno ve es que se promueven estos cuerpos colegiados para dar más transparencia en las decisiones.
- ¿Ve espacio para que esto se aborde en el próximo Gobierno?
- En un próximo Gobierno hay espacio para esa reforma y para otras más. Es un error pensar que esta reforma (de pensiones) está escrita en piedra y que no se puede modificar nada.
He escuchado a algunos que dicen que no hay que abrir de nuevo el debate previsional. La discusión sobre las pensiones siempre tiene que estar presente en la agenda de cualquier Gobierno, porque los sistemas van evolucionando, van presentando nuevos desafíos y hay que estar siempre dispuestos a ir enfrentando esos retos, poniendo al centro al afiliado y la mejor pensión.
Es un error creer que esta discusión se terminó con la reforma. Hay muchos temas que quedaron todavía pendientes.
- Más allá de los cambios a la institucionalidad, ¿qué otros aspectos podrían discutirse?
- La edad de jubilación; cómo darle mayor sostenibilidad a los nuevos beneficios sociales que se incorporaron; los trabajadores independientes; y todo lo relativo, por ejemplo, al resguardo de la información, de ciberseguridad. Hay muchas materias que tienen que continuar discutiéndose.
- ¿Qué le parece el debate sobre el “Chao préstamo”, planteado por José Antonio Kast?
- Si las finanzas de Chile lo permitieran, lo ideal sería que los beneficios solidarios se financiaran a través de ingresos generales de la República. (En el préstamo de la reforma) hay un problema de equidad en la manera en que se está financiando porque se le cobra directamente a un trabajador formal.
Entonces, efectivamente es algo que se puede discutir hacia adelante, pero para eso hay que estar sentado en el Gobierno, ver cómo están las finanzas y si existe la posibilidad de hacer un cambio.
Régimen de inversiones
- Respecto del régimen de inversiones, ¿qué temas le preocupan más?
- La principal preocupación es que, en Chile, a diferencia de lo que pasa en otros países que avanzaron hacia fondos generacionales, donde cada administrador definía su glidepath (trayectoria de inversión), acá esa definición la va a hacer el regulador.
Y ahí hay varios riesgos. Uno es que generalmente y por su naturaleza, el regulador es más conservador que el administrador, entonces, está el riesgo de que la cartera que proponga sea muy conservadora y con eso se limiten las posibilidades de tener retornos más altos, especialmente para las generaciones jóvenes.
Lo otro, es que también se van a definir bandas de premio y castigo. Si esas bandas son muy estrechas, lo que puede pasar es que las administradoras no tengan la motivación de diferenciarse y se peguen a ese benchmark. (Si eso ocurre), vamos a tener un efecto manada súper grande, donde todas las AFP van a replicar lo mismo que dice el benchmark y eso tendría consecuencias sobre la rentabilidad, la innovación y los equipos de inversión de las administradoras.
Otro gran tema es cómo se va a tratar a los alternativos; si se van a incluir o no dentro de la cartera de referencia. La recomendación es que el regulador defina una cartera más bien general, que no trate de ir a lo específico y que esas bandas de premio y castigo sean lo más amplias posibles para permitir la diferenciación entre las distintas AFP.