Cartas

Cartas al director

Por: | Publicado: Viernes 18 de diciembre de 2015 a las 04:00 hrs.
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Reformas a las reformas

Señor Director:

En la editorial publicada en la edición de ayer jueves 17 de diciembre, Diario Financiero se refiere a los requisitos que debe tener una buena reforma a la reforma tributaria, los que serían básicamente dos actitudes, a saber, prudencia y humildad.

Fui testigo en mayo de 2014 de todo lo contrario, es decir, de torpeza y arrogancia, cuando explicándole al entonces ministro de Hacienda Alberto Arenas, que la elusión conceptualmente no se puede penar (porque consiste precisamente en aquellas prácticas que no son ilegales) obtengo por respuesta que él sí podía penarla porque “la Nueva Mayoría ganó y la Nueva Mayoría puede hacerlo”.

Ciertamente ello ha cambiado ligeramente, sobre todo porque la facción de gobierno se ha dado cuenta de lo económica y políticamente caro que resulta tener esos dos rasgos negativos, pero la persistencia en un enfoque ideológico vencido no aporta mucho en despejar temores respecto de futuras reformas a las reformas.

Un principio rector de un orden republicano es el Estado de Derecho, y uno de sus elementos es la Certeza Jurídica, la que hoy es constantemente atacada por la actual facción tanto por la inestabilidad de las normas como por su incomprensión.

Una futura Legislatura opositora al gobierno actual tendrá que tener clara su dirección, y no conviene que se dedique a reformar lo que la actual facción haya hecho en materia tributaria, laboral, educacional, etc., sino derogar todo su programa.

Joaquín Rodríguez Droguett

Director de Formación del Círculo Acton

Discriminación arbitraria

Señor Director:

Discriminar significa según la RAE “seleccionar excluyendo”, y arbitrario, “sujeto a la libre voluntad o al capricho antes que a la ley o la razón”.

Nuestra Constitución no prohíbe hacer diferencias, pero sí que estas sean irracionales.

La Nueva Mayoría llegó al gobierno con una atractiva propuesta para ganar votos núbiles, y amainar la ira de los movimientos estudiantiles, la cual bautizó como gratuidad universal. Todos estudiarían gratis sin distingo.

El problema se les armó tratando de conjugar ambos objetivos. El de política y el de contención. Como el dinero nunca alcanza, priorizaron lo segundo por sobre lo primero, y no les quedó otra cosa que discriminar. Para aplacar a la combativa CONFECH y al complejo CRUCH, estructuraron una estrategia cuyo objetivo principal fue satisfacerlos a ellos, como si fueran los únicos chilenos con intereses en la materia, y para encubrirlo la calificaron de fortalecimiento de la educación pública.

Para hacerla pasar por una política general, estatuyeron criterios universales tales como la acreditación y el ánimo de lucro entre otros, pero indefectiblemente se les enquistaron planteles privados que cumplían con dichos criterios, o algunos públicos que no. Lo racional implicaría que a iguales requisitos cumplidos mismo tratamiento, pero como no les alcanzaba el dinero varios que los cumplían igual quedaron afuera y, por tanto, la selección de planteles se volvió arbitraria.

Todo esto fue consecuencia de tratar de establecer una política de carácter corporativo, escondiéndola como de interés general, cuando lo que realmente buscaban era beneficiar a sujetos con nombre y apellido.

Cristián Gabler

Abogado

Tribunal Constitucional

Señor Director:

¿Por qué no se puede acudir al Tribunal Contitucional si este organismo está consagrado en la actual Constitución Política, que fue reformada y firmada en el año 2005 por el ex Presidente Ricardo Lagos Escobar?

Son las reglas del juego de la democracia chilena.

Juan Eduardo Morales Veas

Carta al

Viejito Pascuero

Señor Director:

Solo quisiera pedirle al Viejito Pascuero, si es posible.....un poquito de calidad.

Gabriel Guiloff

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