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¿Cuál es el Chile que queremos?

IGNACIO CRUZ Director Ejecutivo de Techo Latam y Director de EC

Por: | Publicado: Martes 3 de mayo de 2016 a las 04:00 hrs.
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Hace unos días un amigo me hablaba del video de Andrónico Luksic y los comentarios que se leían en las redes sociales al respecto…, cuánta virulencia, qué falta de respeto, cuánto odio. Mi reacción fue decir me da vergüenza ser chileno si esta es la forma en que nos tratamos. Desde mis responsabilidades en TECHO he podido conocer de cerca la miseria en que viven millones de personas en Latinoamérica, pero también su riqueza del alma y, aquí en Chile, me toca ver la convivencia más miserable.

Pero no es sólo la forma en que nos tratamos en este caso específico, es la convivencia que hemos establecido la que hoy nos lleva por un precipicio. Mientras el mundo desarrollado busca caminos de encuentro de las personas, democracias más inclusivas y participativas, de promoción del bien común, de encuentro entre ciudadanos y un nuevo equilibrio sustentable, en Chile prima el individualismo, la búsqueda del beneficio propio por sobre el bien común, la descalificación por sobre la valoración de las personas, el ventajismo y el revanchismo. Pareciera que nos importa denigrar y odiar más que valorar y amar. Así, solo llegamos al fondo del precipicio.

En estos días he golpeado las puertas de muchas empresas pidiendo apoyo para familias que viven en el barro, en una vivienda indigna sin servicios básicos, pasando frío en un campamento, o aquellas que, incluso, esa vivienda la perdieron. Me ha dado mucha pena, pero también rabia e impotencia, escuchar una constante negativa de empresas que ganan varios millones de dólares. Esta actitud es tan virulenta, agresiva y odiosa como las palabras que leí comentando el video de Andrónico Luksic. Con esto no quiero justificar lo que se ha dicho en su contra sino mostrar las dos caras de la moneda. Respeto, valoro y felicito su actitud de pedir perdón, reconocer sus debilidades y hacer la declaración que ha hecho, sin juzgar más allá de aquello, así como respeto, valoro y admiro lo que él y la familia Luksic ha hecho por este país, sin desconocer los errores que puedan haber cometido. Pero creo que hay que construir sobre lo positivo, valorando y reconociendo, más que destruir lo avanzado como país, insultando, desprestigiando y promoviendo el odio.

No faltará quien diga que trabajé para Luksic y por tanto estoy “vendido” a sus intereses. Cualquiera fuera el empresario chileno involucrado en esto mi reacción sería la misma, porque quiero llamar la atención, como lo vengo haciendo desde hace más de 15 años, en que debemos valorar a las personas sobre todas las cosas y no destruirlas, debemos buscar la forma de que las empresas se hagan parte de las soluciones a los problemas sociales y no aislarlas del mundo real donde lo que más vale no es el dinero, debemos construir una sociedad donde todos tengamos un rol protagónico y nadie quede excluido, donde el progreso sea sinónimo de equidad y no acreciente la desigualdad, donde el bien común prime por sobre los intereses personales, donde la humildad y la generosidad sean valores reales ejercitados por todos y especialmente por aquellos que más tienen. 

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