Reformas de Xi enfrentarán viejas barreras

Por: | Publicado: Jueves 24 de enero de 2013 a las 05:00 hrs.
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Por Jamil Anderlini



En EEUU el espacio entre la elección de un nuevo presidente y la ceremonia de inauguración es de al menos tres meses, pero en China, el período de transición para un nuevo líder puede ser más de tres años.

En marzo, Xi Jinping recibirá formalmente su tercer y menos importante título como presidente de la República Popular de China, pues ya asumió como secretario del Partido Comunista y comandante en jefe del ejército a mediados de noviembre. Aún después de asumir sus títulos, puede tomarle años ubicar a sus funcionarios en los puestos importantes, especialmente en la milicia.

Fue Mao Zedong quien dijo que el poder político nace del cañón de una pistola y en la China moderna eso sigue siendo tan verdadero como cuando Mao estaba peleando una guerrilla en los años ‘30. Muchos creen que el saliente presidente Hu Jintao nunca logró consolidar su poder por completo y su tiempo a cargo de la nación más poblada del planeta terminó siendo algo parecido a una “década perdida”, carente de cualquier reforma audaz. Esto podría no ser completamente justo, pero es algo que se escucha mucho entre la burocracia china, especialmente en aquellos que esperaban reformas en el reservado sistema político de la potencia comunista.

Ya que Xi Jinping realizó su primer discurso como nuevo jefe del partido en noviembre, algunos intelectuales liberales y consejeros del gobierno expresaron sus esperanzas de que podría impulsar importantes reformas políticas y económicas en una primera etapa de su primer período cinco años.

Pero otros observadores señalan que aún cuando es un gran admirador de Gorbachov, su espacio para implementar cambios está muy limitado por los intereses creados que han sido incluso más imponentes durante la última década del mandato de Hu.

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