Margarita Celis, gerenta regional de Corma para Biobío y Ñuble, acaba de asumir la presidencia de Biobío Madera, un programa estratégico impulsado por Corfo para promover métodos de construcción industrial sostenibles, dando nuevos usos a los recursos forestales, principalmente en viviendas sociales.
Desde hace más de 20 años Celis viene liderando programas de sostenibilidad asociados al manejo forestal y colabora en la Red Pacto Global; de manera que, su participación en esta iniciativa que nació hace tres años, le permite contribuir con una mirada amplia a los desafíos que enfrenta el sector y la región.
Entre los desafíos del mundo productivo están aquellos vinculados a la equidad y acortar las brechas de género. La ejecutiva es parte de la Red de Mujeres en Alta Dirección y por lo mismo promueve la incorporación de sus pares en los distintos ámbitos, por ejemplo, del mundo forestal o de la construcción, sectores que convergen en Biobío Madera.
- Por primera vez, este organismo está liderado sólo por mujeres. ¿Qué impronta traerá eso a un sector históricamente masculinizado?
- Es algo que me enorgullece profundamente. Desde el diseño inicial del programa se incorporó la variable de género en la hoja de ruta y hoy es una realidad. Tenemos a Roberta Lama, en Corfo, Javiera Olate de la CChC, en la vicepresidencia y un equipo técnico donde muchas mujeres lideran procesos clave.
Los métodos modernos de construcción en madera, además, permiten una mayor inclusión laboral femenina. En Corma impulsamos el programa Más Mujeres en el Sector Forestal, que promueve la diversidad e inclusión. Las distintas miradas son las que generan innovación y sostenibilidad, y eso se refleja aquí, en una gobernanza colaborativa, con visión de largo plazo.
- El Biobío tiene una de las tasas de desempleo más altas del país. ¿Qué papel juega el programa en materia de empleo y formalización?
- La madera no es sólo un material, es un modelo de desarrollo regional sostenible y motor de empleo, especialmente a través de las PYME madereras. Trabajamos con ellas para entregar herramientas técnicas, apoyo normativo y acompañamiento en su modernización. Cuando una PYME logra cumplir con esos estándares, puede integrarse a las cadenas productivas de construcción en madera. Eso significa formalización, empleabilidad y desarrollo local sostenible.
- ¿Cómo proyecta su gestión al frente de esta gobernanza?
- Esta alianza público-privada tiene como objetivo construir una industria moderna, sostenible y con impacto en el empleo regional. En este tercer año pasamos de la planificación a la ejecución de proyectos. Queremos que la construcción en madera genere encadenamientos productivos, impulse la reactivación de los aserraderos y contribuya a mejorar la calidad de vida en nuestras comunidades.
- El sector forestal enfrenta un momento complejo: incendios, baja reforestación y pérdida de empleos. ¿Cómo asume ese escenario?
- Efectivamente, venimos de más de una década de decrecimiento. Los incendios, las usurpaciones y el robo de madera han afectado fuertemente al sector. Hemos perdido más de 48 mil empleos y muchos aserraderos se han cerrado. Biobío Madera busca construir soluciones innovadoras para una industria sostenible. Un ejemplo es el proyecto “Bloqus”, que desarrolla componentes modulares de madera con altos estándares de eficiencia. Así como también, el trabajo con la Universidad de Concepción y la Casa Madera, que prototipa viviendas energéticamente eficientes.
Gracias a un convenio con Serviu Biobío, equipos trabajan en un proyecto de construcción industrializada para viviendas sociales en San Pedro de la Paz, para que en el corto plazo el modelo sea parte de las políticas públicas habitacionales.
En este sentido, comenta que se aplican los aprendizajes de los prototipos existentes considerando eficiencia energética, calidad de vida, sustentabilidad y acceso familiar, que “al ser una construcción modular, permite reducir tiempos, lo que es clave en el contexto de déficit habitacional”.
- ¿Cómo visualiza el futuro productivo de la Región del Biobío?
- El Biobío tiene una vocación manufacturera, forestal y pesquera, y debe seguir siendo el motor industrial del sur de Chile. Pero necesitamos innovación, encadenamientos productivos y financiamiento sostenible. Biobío Madera es parte de eso porque conecta la oferta tecnológica con la demanda habitacional, impulsa la bioeconomía y en la descentralización industrial, con la meta de carbono neutralidad.
En Biobío Madera convergen intereses públicos y privados, los gremios, pymes, instituciones públicas y la CUT, todos en un objetivo común. “Es esa diversidad la que le da fuerza institucional y legitimidad a la gobernanza. Es un modelo que integra desarrollo productivo, innovación y sostenibilidad con pertinencia local”.