Aumenta la preocupación en Francia por los avances de partido opositor de ultra derecha

La caída en la popularidad del presidente francés, François Hollande, refleja la molestia de los votantes sobre cómo el gobierno ha respondido a la crisis financiera.

Por: | Publicado: Viernes 8 de noviembre de 2013 a las 05:00 hrs.
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La impopularidad de François Hollande, el presidente de Francia desde mayo de 2012, está llegando a nuevos mínimos en las encuestas. Gran parte de esto podría ser atribuido a su persona, por su reputación de indeciso e ineficiente. En los últimos meses se ha visto una lista de retractaciones y juicios erróneos de parte del presidente y sus ministros. Al igual que en otros países europeos, el descontento de la opinión pública refleja la profunda molestia no sólo con el gobierno actual, sino con la forma en que la clase política ha respondido a la crisis financiera. Pero eso no quiere decir que un vuelco de los votantes hacia los partidos populistas sea inevitable.

Las preocupaciones sobre el deprimente desempeño de Hollande como presidente aumentaron considerablemente el 13 de octubre con la victoria del ultra derechista Frente Nacional (FN) en una elección extraordinaria a nivel local. El FN ha amenazado con abrirse paso antes bajo el liderazgo de su fundador, Jean-Marie Le Pen, pero hay preocupaciones sobre las perspectivas de mejora del partido que se han intensificado por dos razones: primero, el incremento en la insatisfacción con los partidos convencionales y, segundo, los esfuerzos de la nueva líder del FN -Marine Le Pen, hija de Le Pen- por extender su alcance al tratar de moderar su reputación de racista y antisemita.

El candidato de FN, Laurent López, ganó en la ciudad sureña de Brignoles con un apoyo de 54% en la segunda ronda de votaciones, superando al candidato de la Unión Por Un Movimiento Popular (UMP), el partido de centro-derecha del ex presidente, Nicolas Sarkozy. López le ganó en votaciones a la UMP por casi dos a uno en la primera vuelta de votaciones donde quedó eliminado un candidato del Partido Comunista Francés (PCF).

El Partido Socialista (PS) de Hollande no tuvo un candidato en la contienda, pero sus partidarios no parecen haber hecho caso a las peticiones del PS para que respalden a la UMP con el fin de bloquear a López. 



Voto de protesta


La victoria del FN en Brignoles es un desarrollo significativo, pero es útil como una guía de que las perspectivas nacionales del FN no deben ser exageradas. La votación fue ganada no sólo en las bases de un surgimiento de respaldo al FN, sino que en un colapso en los votos para los partidos convencionales. Sólo cerca de un tercio del electorado se presentó para votar y el triunfo de 2.728 votos estuvo ampliamente en línea con el desempeño en las elecciones previas. Fue el fracaso del PS y de la UMP de formar a sus seguidores el factor determinante de los resultados.

Obviamente, el tipo de protesta de los votantes de “quedarse en casa” impulsaría al FN si se repitiera en elecciones posteriores. Pero es pronto para extrapolar un voto de protesta a nivel local hacia una tendencia política más amplia. Es probable que el FN tenga un gran desempeño en las elecciones locales de marzo de 2014 y el partido incluso puede encabezar las votaciones en las elecciones parlamentarias europeas en mayo. Pero eso está lejos de ser un gran avance para el FN en una elección presidencial, sobre todo cuando la próxima es en más de tres años, momento en el cual esperamos que la economía haya vuelto a un crecimiento sostenido anual -aunque modesto- de alrededor de 1,5%, y la tasa de desempleo haya caído de nuevo a un solo dígito.

La aparición de un desafío populista para los partidos convencionales es de ninguna manera un fenómeno exclusivamente francés en el contexto de la actual crisis financiera. Sin embargo, el contexto político imperante en Francia hace un terreno particularmente fértil para el FN.

Un posible candidato para desafiar al FN es el actual ministro del Interior, Manuel Valls, cuya creciente popularidad se basa en la percepción del público de que está dispuesto a desafiar a los partidos ortodoxos, precisamente el tipo de enfoque que podría posicionar a los partidos convencionales para poder responder efectivamente a los desafíos populistas de partidos como el FN.

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