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¿Por qué volvemos a creer en la Renta Variable Local?

Por: Columna de Opinión

Publicado: Lunes 22 de septiembre de 2025 a las 00:00 hrs.

<p>Andrés Murua, Gerente Renta Variable Bci Asset Management </p>

Andrés Murua, Gerente Renta Variable Bci Asset Management

Desde 2019, el mundo vivió un marcado avance de tendencias progresistas. Muchas de estas iniciativas nacieron de un espíritu genuino: construir una sociedad más justa, con mayor equidad y prosperidad compartida. Sin embargo, también trajeron consecuencias negativas: menor productividad, menor capacidad de crecer y, en particular, menos espacio para innovar. Chile no fue la excepción. La combinación de incertidumbre regulatoria, rigidez laboral y mayor presión tributaria derivó en un rezago frente a otros mercados emergentes.

Hoy, sin embargo, el escenario comienza a cambiar. Si algo positivo dejó el deterioro de los últimos años, fue el consenso sobre la urgencia de volver a enfocarnos en lo esencial: crecimiento, empleo de calidad e innovación que impulse la competitividad.

El crecimiento ya no se discute como un fin en sí mismo, sino como condición necesaria para financiar los gastos de un país más moderno y justo. La evidencia es clara. En Alemania, el propio gobierno ha señalado la necesidad de crecer para financiar el mayor gasto en defensa. En Chile, la bandera del crecimiento ha estado históricamente sobrerrepresentada por algunos sectores políticos. En la elección pasada, algunos programas mencionaban la palabra crecimiento ocho veces. Hoy, en cambio, ad-portas de una nueva presidencial, los programas políticos de prácticamente todos los candidatos la repiten cerca de 20 veces.

Los desafíos son evidentes. Existen frenos estructurales que limitan el dinamismo de la economía y que deberán resolverse si queremos recuperar la senda de crecimiento. No hay una fórmula única para resolver los problemas, y será tarea del sistema político y económico dar las soluciones.  Lo importante es que existe un consenso creciente de que, para avanzar a un país más desarrollado, hay que darle solución a esas problemáticas, y así destrabar el valor que hoy internalizan los precios de los activos financieros.  Es cierto que la bolsa ha incorporado en los precios parte del optimismo. Sin embargo, el rally de más de 30% en lo que va del año no hay que verlo como una euforia desmedida, sino simplemente una necesaria puesta al día: los precios recién se están alineando con las utilidades. Mientras la capitalización bursátil del IPSA (excluyendo transporte) apenas supera en 26% su peak de 2018, lo que en términos reales equivale a una caída de 12%, las utilidades de esas mismas compañías han avanzado con fuerza: +86% nominal y +27% real. Con un precio/utilidad (P/U) para los próximos 12 meses en torno a 11,5 veces, los inversionistas aún asumen crecimientos muy acotados hacia adelante. Lo mismo se observa en el ratio capitalización bursátil sobre PIB: históricamente se ha movido entre 0,6 y 0,7, mientras hoy apenas alcanza 0,44, niveles incluso por debajo de los alcanzados durante el estallido social del año 2019. En otras palabras, el mercado todavía descuenta un escenario de bajo dinamismo, pese a que las condiciones están cambiando.

Por eso, que la probabilidad de retomar la senda del crecimiento es significativa. No se trata de optimismo ingenuo, sino de reconocer que el péndulo político y económico vuelve a moverse hacia la inversión, la productividad y el empleo. En este contexto, la renta variable chilena ofrece una oportunidad poco común en perspectiva histórica.

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