Es la cuarta cinta de Dominga Sotomayor, pero la primera basada en un libro existente. Fue una propuesta que recibió de la productora Fabula para estrenar en Netflix. “Lo primero que dije fue: ‘No me interesa hacer un libro llevado a la pantalla, partamos desde esa imposibilidad porque son formas y códigos distintos’”, plantea la directora.
Dominga no había leído Limpia (2022, Penguin Random House) que trata sobre la vida de una empleada doméstica que vive en una casa donde trabaja al cuidado de una niña pequeña. Al hacerlo se encontró con un material alucinante, dice. “Se podrían hacer mil historias distintas, pero inmediatamente me imaginé una película parecida a mi cine o lo que yo me sentía capaz de hacer. Transformarlo en algo que estuviera atravesado por mis memorias también. Para mí es súper importante que el cine se sienta vivo. El guion deja muchas cosas fuera y también inventa otras”, aclara.
La actriz María Paz Grandjean interpreta a Estela, la protagonista. Cuenta que ella no es madre ni tiene mayor cercanía con los niños, entonces cuando se enfrentó al desafío de compartir casi todas las escenas con Rosa Puga Vittini, que da vida a Julia, decidió permitir que fluyera la relación. “Para mí era trabajar con una colega muy joven. Así lo asumí. Una niña a veces simpática y a veces insoportable, como todos. Fue loco observarla porque ella no sabía leer, no tenía esa herramienta, pero sí un tremendo instinto de actriz. Y la Dominga como directora es muy brillante con los niños, se pasó”.
“Lo que pasó entre ellas (María Paz y Rosa) fue único. En el casting eran como dos niñas. En la película son dos soledades que se unen y se terminan queriendo a su pesar”, comenta Dominga. “Creo que es necesario rebelarse al texto para que haya vida, para que surja algo espontáneo como en este caso la relación entre las protagonistas. Me encanta estar siempre incomodándome”, agrega.
La película muestra la vida de esta mujer viviendo en una casa ajena y criando a una niña que no es suya, mientras su madre, que la necesita, está lejos, en Chiloé. El trabajo doméstico puertas adentro es un tema incómodo, pero aquí se presenta con sutileza, sin caer en caricaturas de buenos y malos.
“Hay un estado de equilibrio por donde se va filtrando la violencia. Una estructura profundamente errada y por lo tanto un destino inevitablemente trágico. Cada personaje -también actúan Ignacia Baeza, Benjamín Westfall y Rodrigo Palacios- está haciendo las cosas bien en su propio universo y es esa ambigüedad moral la que me interesa. Todos nos podemos identificar. Para mí era demasiado importante no juzgar a priori”, dice la directora de Tarde para morir joven.
Grandjean complementa: “No estoy interpretando a todas las empleadas domésticas o representando el tema de las diferencias sociales en Chile. Estoy mostrando a una mujer no más. Y ese es su trabajo. Hay instancias en las que se deprime y otras que la liberan. Como en general los trabajadores cuando están en sus empleos versus en sus momentos de recreación. En este caso siento que hay una violencia siempre instalada que en un momento se expresa en un destino aciago, como dicen los griegos”.
Después de San Sebastián la cinta tendrá un estreno en cines el jueves 25 de septiembre y estará disponible en Netflix el 10 de octubre. “Me entusiasma mucho que la película se estrene en una plataforma así de grande, justamente por esas audiencias que no conoces. Eso me parece súper atractivo y muy emocionante”, dice María Paz.
-¿Fue algo que tuvieron presente mientras hacían la película, el mostrar una dinámica local que en muchas partes del mundo no existe?
Dominga: Esta es mi cuarta película y si hay algo que me he dado cuenta es que entre más particular la historia, la gente más se vincula. Siento que el gran problema del cine comercial es tratar de ser genérico para ser universal. Y ahí no llega nadie. La nana (de Sebastián Silva, 2009) que es una película súper específica y le fue super bien en distintas partes. “Parasite (Premio Oscar 2020) transcurre en Corea del Sur, al otro lado del mundo, y aquí nos hizo mucho sentido”, suma la actriz.
Respecto del streaming Dominga, que es una de las socias detrás de CCC Centro de cine y creación, recalca que es una férrea defensora se la sala de cine como espacio, pero matiza: “Me encanta el haber participado de un proyecto hecho con tanto cariño sabiendo que puede llegar a una audiencia más amplia”.