Durante su última cuenta pública, el Presidente Gabriel Boric anunció dos nuevos centros de supercómputo para inteligencia artificial (IA), iniciativa impulsada por Corfo y el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación (CTCI), y que involucra una inversión pública de US$ 14 millones a cinco años.
El subsecretario de CTCI, Cristián Cuevas, dijo que la iniciativa busca dar respuesta a los desafíos estratégicos definidos en la Política Nacional de Inteligencia Artificial, en el eje de factores habilitantes.
Agregó que el objetivo es superar una “brecha crítica” de capacidades locales de supercómputo para IA y “acelerar la investigación, el emprendimiento y la transformación tecnológica en diferentes sectores estratégicos”, además de “asegurar un acceso equitativo a la infraestructura y garantizar una operación sostenible en el tiempo”, afirmó.
Los centros fueron adjudicados al proyecto Laboratorio de Supercómputo para IA SCAI-LAB, que lidera la Universidad de Chile y al Centro de Supercómputo e IA Aplicada, impulsado por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), la Universidad Técnica Federico Santa María (USM) y la empresa Tecnoera.
En entrevista con DF los líderes de los consorcios abordaron el cronograma de instalación y algunos de los servicios y proyectos comprometidos que desplegarán una vez que reciban los recursos.
IA SCAI-LAB
El Laboratorio de supercómputo para IA SCAI-LAB lo gestiona un consorcio que encabeza la Universidad de Chile y que integran 65 instituciones, como universidades, empresas, gremios, fundaciones y el Centro Nacional de Inteligencia Artificial (Cenia). En forma transitoria será liderado por el director ejecutivo del Laboratorio Nacional de Computación de Alto Rendimiento (Nlhpc), Ginés Guerrero.
El ejecutivo dijo que unieron fuerzas con el Cenia para combinar su experiencia en industria, emprendimiento y startups con el conocimiento científico del Nlhpc, para habilitar que estos sectores integren IA para optimizar procesos, desarrollar nuevos productos y que compitan en una economía global.
“Queremos ser un catalizador del emprendimiento de base científica tecnológica. La infraestructura de IA es prohibitiva para muchas startups y pequeñas y medianas empresas, porque no tienen los medios para acceder a ella. La idea es democratizar esto”, señaló.
Por ahora están en la etapa de obtener la personalidad jurídica del nuevo centro sin fines de lucro, lo que les permitirá acceder a los US$ 7 millones que les entregará el Estado, a los que se sumarán US$ 9,1 millones aportados por los socios del consorcio.
Luego, viene la gobernanza y la compra de la tecnología, principalmente tarjetas gráficas y GPU con una arquitectura para hacer inferencia de modelos de IA, es decir, usar un modelo ya entrenado para hacer predicciones o tomar decisiones, a partir de nuevos datos. Toda la infraestructura operará en las instalaciones del Nlhpc de la Universidad de Chile.
El centro entregará servicios de cómputo para el entrenamiento intensivo de modelos de IA de empresas; validación de soluciones y soporte técnico a compañías, universidades y Estado; además de inferencia de modelos de IA para tareas de postentrenamiento.
También considera un enfoque estratégico en formación y capacitación, en investigación intensiva y ciencia abierta.
Guerrero comentó que, un “foco especial” será apoyar a startups bajo un modelo de negocio que les permita desarrollarse. “Pensamos en darles horas de cómputo gratuito y, si tienen éxito, llegar a un acuerdo económico”.
Agregó que se comprometieron a, en un plazo de cinco años, apoyar a más de 700 proyectos y asistir a más de 450 tesis de pregrado y postgrado con infraestructura.
Supercómputo en Viña
El Centro de Supercómputo e Inteligencia Artificial Aplicada, que estará en Viña del Mar, en la Región de Valparaíso, por ahora lo dirigirá el gerente general y CEO de Tecnoera, Eduardo Castro, una de tres entidades que lidera el consorcio junto a la PUCV y la USM, y que integran 47 instituciones.
Castro dijo que postularon porque detectaron que, en especial, desde la salida de los grandes modelos de lenguaje (LLM, en inglés), surgió la necesidad en las empresas de hacer IA aplicada, pero el costo asociado “es caro” y las limitaciones de capital lo estaban frenando.
Castro explicó que el objetivo es “fomentar el uso de IA aplicada a nivel nacional”. Para ello, tendrán un conjunto de supercomputadoras para que empresas, universidades e instituciones puedan desarrollar IA “escalable para muchos usuarios”, con pruebas y producción propia de soluciones.
También crearán una plataforma donde las empresas interesadas en ocupar la infraestructura, se podrán registrar para acceder a créditos de supercómputo, por ejemplo, para hacer inferencia de modelos de IA y validar sus soluciones.
“Esperamos el arribo de los equipos y tecnología en enero de 2026. Mientras, trabajaremos en la implementación del sistema que gestionará los créditos y la plataforma multiempresa para que en mayo de 2026 podamos tener los primeros pilotos”, dijo.
Esperan recibir, por ejemplo, compañías de servicios que den soporte y que tengan datos almacenados de atención a clientes para entrenar sus propios modelos. “Cada empresa podría tener su propio chatbot con la documentación de procesos o cargar las normas internas y procesarlas para que dé respuestas, todo eso alojado en esta supercomputadora”, dijo Castro.
Dijo que en 60 meses buscan ejecutar “más de 50 casos de uso de IA en distintos sectores, que participen más de 2 mil empresas y 245 miembros institucionales”.
Castro destacó que el proyecto tiene un fuerte componente en formación, con la meta de capacitar a 5 mil personas: “Una de las líneas de negocios es crear un ecosistema de educación para empresas, para entrenar a sus departamentos de informática”, adelantó.