El proceso de venta de Baker, la firma inmobiliaria que arrienda terrenos a Aramco en Chile, está entrando en su fase final. Y el interés ha superado las expectativas. Fuentes al tanto del proceso describen un escenario con múltiples interesados evaluando activamente la oportunidad. La mezcla hace mucho sentido a actores locales e internacionales: retornos estables, contratos de largo plazo con una multinacional y activos con alto valor intrínseco. Todos estos elementos han generado una competencia que algunos definen como “ultracompetitiva”.
Primero fue el Investor Day en el Ritz-Carlton de Santiago, un evento que reunió a más de 250 personas y que marcó el punto de partida del proceso. Luego vino una serie de reuniones uno a uno con AFP, aseguradoras, AGF y family offices en Chile. También se organizó un desayuno privado en las oficinas de CBRE en la Torre Titanium, dirigido al mundo inmobiliario.
Pero la estrategia no se quedó en Chile. A fines de octubre, Jaime Besa -socio de Southern Cross y principal encargado del proceso de venta- viajó a Nueva York y Miami. En Estados Unidos sostuvo reuniones presenciales con fondos institucionales, incluidos algunos de los actores más relevantes del mundo financiero, como BlackRock y Blackstone. En Nueva York el equipo vendedor coordinó parte de la agenda desde las oficinas de Barros & Errázuriz, uno de los asesores legales del proceso, y en Miami operó desde las instalaciones de CBRE, la firma a cargo de la estrategia inmobiliaria.
La siguiente etapa fue en Medio Oriente, con reuniones en Abu Dhabi y Dubái con grandes fondos soberanos e institucionales. Y recientemente, cerraron la gira europea, donde el interés se concentró en gestoras y family offices.
Fuentes cercanas a la operación coinciden: hay mucho apetito por Baker. Tanto, que aún no hay un claro favorito. La estructura de la venta es flexible -se pueden presentar ofertas por el portafolio completo, por los activos más valiosos, o por paquetes individuales- y el plazo para las propuestas no vinculantes vence el 25 de noviembre.
La tesis que más se escucha entre los interesados apunta a que, más allá de los activos, se están comprando flujos sólidos respaldados por una de las mayores compañías energéticas del mundo. Y que, en un contexto de posible cambio político en Chile, este tipo de inversiones toma aún más fuerza.