Alejandro Jadresic: “Se mejoró el clima político y corrigió un proyecto con serios problemas, aunque el resultado sea imperfecto”

La firma del protocolo de acuerdo para destrabar la tramitación de la reforma tributaria no dejó indiferente a Alejandro Jadresic. El decano de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI) valora el acuerdo alcanzado entre oficialismo y oposición para agregar indicaciones al texto, aunque señala que el resultado de aquello sigue siendo un proyecto “imperfecto”.

El también ex ministro de Energía entre 1994 y 1998 advierte sobre el “bajo” impacto en recaudación de los denominados “impuestos verdes”, por lo que propone separarlos de la propuesta tributaria e incluirlos en otro proyecto de ley.

- ¿Qué tanto valora el acuerdo para modificar la reforma?

- Me parece muy positivo que opere la democracia y se llegue a acuerdos que cuenten con apoyo amplio. Se ha mejorado el clima político y corregido un proyecto que tenía serios problemas. Lamento, sin embargo, que el resultado sea imperfecto, dadas las deficiencias de la propuesta original y la urgencia por llegar a acuerdo.
El resultado final es un sistema tributario enredado, con exenciones y privilegios especiales, que dejará espacio a la elusión y mayores costos de planificación. 


- ¿El acuerdo reducirá la incertidumbre para el sector privado?

- Ciertamente, aunque falta precisar muchos aspectos técnicos. Por otra parte, nadie tiene muy claro cuál será el impacto real de la reforma en la economía, dado que se han introducido diversos cambios estructurales en el sistema sin suficientes estudios al respecto.
Creo que habría sido más prudente tratar de lograr la misma recaudación elevando tasas, restringiendo la elusión, pero manteniendo los principales elementos del sistema anterior.

- ¿Cómo ve las indicaciones a los impuestos verdes?

- En esta materia no se avanzó mayormente. Sería preferible dejar los impuestos verdes para otro proyecto de ley, dado que no tienen gran impacto en recaudación, pero sí puede tenerlo en materia económica. El impuesto a los vehículos diésel es una mala solución, porque castiga la tenencia y no el uso de los vehículos. Si se quiere disminuir las emisiones asociadas a dicho combustible, hay que aumentar el impuesto específico del diésel, acercándolo al de la gasolina. Los impuestos a las fuentes contaminantes no son malos per se, pero en este caso son discriminatorios, se contradicen con el compromiso del gobierno de reducir las tarifas eléctricas, afectan nuestra posición en las negociaciones internacionales sobre cambio climático y entregarán una ganancia infundada a los dueños de fuentes alternativas de energía, en particular, de centrales hidroeléctricas.

- ¿Influirían en alzas en las cuentas de la luz?

- Así es, porque el precio de la electricidad queda dado esencialmente por el costo de generar con combustibles fósiles, en particular el carbón. Puede que el impacto en los consumidores residenciales no sea tan significativo: alrededor de 2,5% en los clientes residenciales y 5% en los industriales según algunas estimaciones. Pero dado los altos costos actuales, no resulta prudente introducir tales impuestos ahora, máxime si ya tenemos incentivos para las ERNC y exigentes normas ambientales, los cuales también tienden a elevar el precio de la energía.

- ¿Van en el sentido correcto las indicaciones que el Ejecutivo implementó en esta materia?

- Hay un pequeño avance. En el caso de los vehículos diesel se exceptúan del impuesto los vehículos adquiridos para fines comerciales, pero eso debiera originar abusos, pues se adquirirán como comerciales vehículos con fines particulares. Además, se están incubando conflictos con socios comerciales.

- ¿Cómo gravaría las fuentes contaminantes y la importación de vehículos para mantener la recaudación?

- Respecto de las fuentes contaminantes, hay que mantener la política de imponer normas de emisión cada vez más exigentes. Para limitar las emisiones, se debe implementar un plan políticamente consensuado de desarrollo hidroeléctrico, sin perjuicio de apoyar a las ERNC. Esto es mucho más efectivo que un impuesto a las emisiones. Igual no descartaría establecer impuestos a las fuentes fijas a futuro, pero lo condicionaría a que efectivamente las nuevas inversiones logren bajar las tarifas eléctricas y a los compromisos que otros países asuman en materia de cambio climático. Además lo complementaría con una revisión del régimen de pago de derechos de uso de aguas, para facilitar el desarrollo de nuevos proyectos, pero evitando que los dueños de plantas existentes obtengan ganancias infundadas.
Respecto de los vehículos diésel, también mantendría la política de fijar normas cada vez más exigentes y me olvidaría de poner impuestos por su adquisición. En cambio, elevaría el impuesto específico al diésel, acercándolo al valor que rige para la gasolina y lo aplicaría no solo a los vehículos livianos, pues los camiones y buses están exceptuados.

Agendas de energía y crecimiento
- ¿Cómo valora las Agendas de Productividad y Energía presentadas por el Ejecutivo?
- Ambas agendas son muy positivas y debieran arrojar buenos resultados si se implementan bien. Igual me preocupan algunas cosas. En el caso de la agenda de Energía, temo que la gran variedad de medidas consideradas, diluya el gran esfuerzo que se requiere para concretar inversiones en energía de base. Ojalá nos vaya bien.
- ¿Ayudaría a solucionar el problema del alto costo de la energía?
- Las medidas de la agenda de Energía efectivamente apuntan a reducir el alto costo de la energía. Destaco, por ejemplo, las acciones para facilitar las inversiones en generación y transmisión, mejorar las licitaciones de suministro o beneficiar a las comunidades afectadas por los proyectos. Me preocupa el optimismo en que accederemos a gas natural barato. Ojalá se cumpla, pero tomaría la precaución de poner algunas fichas en el carbón, además de la hidroelectricidad y las ERNC.