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Jorge Navarrete: “Lo que viene ahora para la DC es un penoso y triste desangramiento”

El abogado advierte, sin embargo, que “los problemas de la DC no son muy diferentes a los que tiene el PS o el PPD”.

Por: Claudia Rivas A. | Publicado: Viernes 2 de febrero de 2018 a las 04:00 hrs.
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El abogado y columnista Jorge Navarrete Poblete sigue con atención el devenir de la que fuera hasta hace cuatro años su casa política. Y en esta conversación con DF asegura que “hace un buen rato que la Falange está quebrada entre dos fuerzas que parecen irreconciliables y donde la disputa ideológica, personal y de poder, ha llevado a miradas muy distintas sobre la identidad y rol que debe tener ese partido; como también su política de alianzas y en particular su relación con los sectores más de izquierda”.

De ahí que, el también socio del Estudio Jurídico Del Río Izquierdo, estime que el gallito que se produjo en la última Junta Nacional entre el histórico dirigente Gutenberg Martínez y el diputado “chascón” Víctor Torres, “representa circunstancialmente esas dos visiones que hace muchos años están en pugna”.

- ¿Cuánto más tensionada que antes quedó la DC tras la junta?

- Lo ocurrido en la Junta Nacional sólo viene a ratificar lo profundo de la crisis pero, todavía peor, evidencia cómo se perdió la capacidad de diálogo, el disentir de manera fraternal y la poca esperanza –por no decir escaso interés- de arribar a un acuerdo y seguir conviviendo políticamente juntos al interior del mismo partido. Se perdió el afecto y respeto mutuo.

- ¿Esta crisis es terminal como auguran algunos?

- Tratándose de un partido importante y con una larga historia, la inercia puede confundirnos a ratos, pero la Falange murió tal cual la conocimos. Lo que se viene ahora es un penoso y triste desangramiento, donde los perdedores comienzan a retirarse sin pena ni gloria, mientras los vencedores toman el control de lo poco y nada que va quedando. La DC es un partido con un pasado glorioso, un presente incierto y un futuro oscuro.

- ¿Cuánto influyó en lo que ocurre el resultado electoral de la estrategia del camino propio?

- Es probable que el último resultado electoral haya acelerado el proceso, pero su mayor efecto fue visibilizar ante la opinión pública un deterioro y confusión que viene arrastrándose hace décadas. Si Goic hubiera perdido en una primaria con Guillier, la situación de la DC no sería muy distinta hoy. Sin ir más lejos, Orrego se sometió a ese proceso y, al igual que ahora, ambos fueron abandonados, traicionados y literalmente sacrificados por un sector de su partido antes de que se iniciara la competencia.

- Si siempre ha habido en la DC dos almas, ¿qué es lo que ahora les impide convivir en armonía?

- Una de las cosas más tristes es constatar la completa ausencia de fraternidad interna. El lenguaje utilizado para denostar a camaradas que tienen una opinión distinta, de uno u otro lado, es de aquellos que no se usarían ni para referirse al peor de sus adversarios. Además de la pequeñez en las formas, hay una rabia y resentimiento que no es propia de quien quiere convencer o vencer, sino que derechamente busca demoler al otro.

- ¿Cuánto podría dañar al partido el que Gutenberg Martínez terminara su “reflexión” renunciando a la DC?

- El mismo daño que causó la partida de tantos que se han ido y que dejaron de ver a la DC como su natural espacio para la acción política, y que fueron –y siguen siendo- figuras emblemáticas de un partido al que sienten completamente ajeno.

- En virtud de los resultados electorales se puede deducir que la DC es un partido envejecido, en estas circunstancias, ¿cómo podría volver a ser de vanguardia como aspiran algunos?

- Es verdad que la Falange es hija de otro tiempo y que, como todo partido con una vocación de centro, le ha costado dar con aquellas banderas que lo distingan de otras fuerzas políticas y que además éstas resulten atractivas para los electores. Pero a ojos de los ciudadanos, el principal problema de la DC no es el haber tomado una definición equivocada sino, mucho peor, el que no se percibe ninguna definición.

- Uno de los debates en la DC tiene que ver con que el partido se habría izquierdizado, pero si el electorado buscara moderación, ¿cómo se interpreta el bajo rendimiento electoral de Carolina Goic?

- Tengo serias dudas de que a otro candidato de la Falange le hubiera ido mucho mejor. El problema no fue Goic sino el partido que representa. No creo que ese millón y medio de votos que ha perdido la DC desde que se recuperó la democracia se haya ido a la izquierda. Tanto desde ahí, pero también desde la derecha, se han ido comiendo a una Falange cuyas respuestas y acciones han sido erráticas, confusas y ambiguas.

- ¿Qué señal se intenta dar al plantear que harán una oposición democrática, fiscalizadora y propositiva, no serán muchos adjetivos para algo que se debería entender per sé?

- A eso exactamente me refiero: tres palabras que no dicen absolutamente nada. Al menos nada diferenciador, distintivo y que marque una clara posición frente a los electores y la opinión pública. De hecho, ¿podría hacerse una oposición no democrática desde el Congreso, que renuncie a su función fiscalizadora y que se abstenga de proponer alternativas en el debate legislativo? Esa frase, al igual que ese partido, no tiene carácter.

- ¿Es viable que en esta época la DC y el PS retomen el eje histórico?

- Antes de pensar en ejes históricos, presentes o futuros, cada partido tiene primero que ordenar su casa. Los problemas de la DC no son muy diferentes a los que tiene el PS o el PPD.

- Dadas las circunstancias, ¿el ‘partido bisagra’ es la mejor salida para la DC, cuáles son los pro y los contra?

- La condición de bisagra, como también los acuerdos o consensos, son instrumentos y no fines en sí mismos. Antes de responder a la pregunta del cómo se quiere hacer, primero hay que ponerse de acuerdo en el qué se quiere defender. De lo contrario, la “bisagra” será sólo un sinónimo de ambiguo oportunismo.

- ¿Las diferencias al interior de la DC son ideológicas y eso las vuelve insalvables, como cuando se fue el MAPU, o no?

- Hay una diferencia abismal entre la calidad de ese debate y quienes fueron sus protagonistas. Además de que hoy asistimos a una discusión bastante más ordinaria, tanto en el fondo como en la forma, no existe la épica, la convicción, la masa crítica y la capacidad vital para querer y poder empezar todo de nuevo.

- ¿A qué atribuye la falta de liderazgos en la DC?

- A la misma razón por la cual también faltan en la UDI. Es una mezcla entre un discurso y una acción política que resulta cada vez más ajena a lo que fueron sus orígenes, sumado a una dinámica interna que fagocita a los pocos que intentan corregir y hacer algo diferente. Así por ejemplo, Jaime Bellolio es con distancia lo más interesante del gremialismo y sin embargo está cada vez más solo y arrinconado.

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