La Presidenta no logra superar la crisis política y su popularidad llega al peor nivel histórico

Nada ha servido para que la Presidenta Michelle Bachelet y su gobierno puedan sortear con éxito la crisis que está afectando a toda la clase política, pero que para la segunda administración de la mandataria podría constituir un proceso complejo de revertir, arrastrando a la Nueva Mayoría a un un escenario de conflictos, como lo develan las diferencias internas que está acarreando la zigzagueante estrategia implementada por La Moneda, y liderada por el equipo político recién estrenado, con el fin de blindar a la jefa de Estado de las esquirlas que podría arrojar la investigación a Giorgio Martelli, a cuya empresa varias figuras cercanas a ella, incluido el ex ministro Rodrigo Peñailillo, entregaron boletas.

Las encuestas demuestran que nada está resultando y la entrevista de ayer a una radio de alcance nacional busca justamente llegar a la ciudadanía.

Atributos presidenciales siguen a la baja y credibilidad llega a un 40%

Se trata de la medición de un mes agitado que comenzó con un profundo cambio de gabinete, siguió con la cuenta pública de la Presidenta el 21 de mayo y terminó con violentas manifestaciones en las calles. Pero fue una seguidilla incansable de nuevos antecedentes de malas prácticas en política -que acabaron por apuntar directamente a la propia Presidenta- la que acaparó todas las miradas públicas.

En este escenario, en la última encuesta Adimark Michelle Bachelet obtuvo su peor registro considerando sus dos períodos presidenciales: 29% de aprobación y 66% de rechazo. Así también, sus atributos personales continúan a la baja. La variación más significativa se produjo respecto del liderazgo de la mandataria, de 50% a 43% disminuyeron los encuestados que sostienen que Bachelet cuenta con liderazgo.

En tanto, las cualidades relativas a su credibilidad y confianza –que originalmente eran su fuerte- hoy siguen en niveles insuficientes: un 40% dice creerle a Bachelet y un 41% asegura confiar en ella.

Y la aprobación del gobierno se plegó a la tendencia de la Presidenta, arrojando un 72% de desaprobación en contraste con un 23% de respaldo; mientras la Nueva Mayoría también fue castigada obteniendo las peores cifras desde su nacimiento: 21% de aprobación y 69% de rechazo.

Con la mala evaluación de la Presidenta, de su gobierno y coalición, la impopularidad de las emblemáticas reformas no logra revertirse. Los detractores de las transformaciones en educación continúan imponiéndose por sobre quienes apoyan la reforma de Nicolás Eyzaguirre y lo mismo ocurre en materia laboral.

El conjunto de cifras, que retratan un oscuro momento político para La Moneda, fueron calificadas como "críticas" por el presidente de Adimark, Roberto Méndez, quien además aseguró que "sin el cambio de gabinete el resultado pudo haber sido incluso peor".

Cambio de gabinete
De todos modos, el cambio en el equipo que pretendió terminar con un ciclo y dar inicio a un segundo tiempo, resulta insuficiente a ojos de la ciudadanía. Sólo un 29% lo considera un ajuste suficiente, mientras que un 61% opina lo contrario. En tanto, los nuevos ministros de La Moneda comienzan en mejor pie de lo que terminaron sus antecesores. Así, Jorge Burgos, el recién asumido titular del Interior, comienza en la cartera con 12 puntos más de aprobación que el ex ministro Rodrigo Peñailillo.

Por su parte, el jefe del Mineduc, Nicolás Eyzaguirre, permanece en el lugar más bajo de aprobación –de entre los secretarios de Estado que cuentan con más de un 40% de conocimiento-. Sólo un 30% de los ciudadanos está de acuerdo en cómo Eyzaguirre desarrolla su labor. Lo sigue la titular de Salud, Carmen Castillo que arrojó un 39% de aprobación, en medio de los cuestionamientos por la falta de avance en las promesas de la cartera.

Del otro lado, el canciller Heraldo Muñoz sigue liderando el ranking con un 82% de aprobación, seguido de lejos por el nuevo titular del Interior Jorge Burgos, quien obtiene un 54% de respaldo.

El diagnóstico en Palacio
El análisis que han venido haciendo en Palacio desde que comenzó la caída en las encuestas para la aprobación presidencial, es que cuando las reformas lleguen a la gente y sean entendidas por ésta, las cifras se revertirán. Pero también calculan que la mandataria no debería caer más, ya que no puede bajar del voto duro de la Nueva Mayoría.

Pese a ello, el portavoz de Palacio, Marcelo Díaz, reconoció que las cifras "duelen" pero aseguró que van a revertir las cifras, "trabajando intensamente para que la agenda del gobierno se traduzca en beneficios concretos para la gente".

En ese plano, en el comité político de ayer se concluyó -al igual que lo hiciera la Presidenta en la entrevista radial- que se debe comunicar mejor y salir más a terreno. El encargado de velar por ello será el propio Díaz quien trabajará una nueva estrategia mediática.