Por Rodolfo Carrasco
Con carpeta en mano entregada por el Presidente de la República, llegó Juan Eduardo Coeymans hasta el Ministerio de Economía, donde el ex titular de esa cartera, Pablo Longueira, junto al subsecretario, Tomás Flores, lo presentaron como el nuevo director del INE, teniendo como misión central recuperar la credibilidad del organismo debido a la serie de denuncias relativas al eventual manejo de cifras.
El economista de la Universidad Católica es experto en calculometría y dijo sentirse preparado para asumir el desafío de reemplazar al ex director del organismo, Francisco Javier Labbé, quien renunció la semana pasada luego de una serie de denuncias respecto de una eventual manipulación de cifras en el Censo.
Coeymans reconoció que llegar al cargo lo tomó “por sorpresa” y anticipó que “mi principal tarea es restablecer la credibilidad en la institución que a primera vista me parece dañada en forma injusta. A pesar de eso, estoy en disposición para hacer una auditoría interna de los procesos que se han seguido tanto en los ítem del IPC como en el Censo, así como estoy comprometido para seguir impulsando el proyecto de ley que da autonomía al INE”.
Explicó que “estoy de acuerdo en que no ha habido instrucciones de manipulación de datos, un solo argumento podría descartar intencionalidades políticas, por ejemplo, cuando un país tiene una población mayor que la que supuestamente es su ingreso per cápita sería menor, por lo tanto, ese simple argumento debiera descartar una intencionalidad política. Aquí hay un problema técnico que merece atención, pero no es un problema de mala intención, porque si hubiera habido mala intención al gobierno le hubiera convenido subestimar la población”.
El subsecretario Flores anunció además que pidió colaboración a la OCDE y al Departamento de Comercio de EEUU para que envíen misiones a auditar y corroborar las cifras del INE.
Dijo que también pidió a la subdirectora del INE una auditoría de la base de datos del Censo y que durante la semana informará sobre los integrantes de un comité de expertos encargado de ver la base censal y otro comité que estará a cargo de analizar la información sobre el cambio en el costo de la vida y el IPC “le pedí a la división de precios del INE que me hiciera una propuesta de perfeccionamiento metodológico para el tema de esta área”.
Sostuvo que en el caso del Departamento de Estadísticas de la OCDE y el Departamento de Comercio de EEUU, se les pedirá que revisen el Censo 2012 en sus características de conciliación de la base de datos censal como la estimación de los moradores que en definitiva no fueron censados.
En tanto, el ex ministro de Economía, Pablo Longueira, en forma categórica descartó tener algún tipo de responsabilidad política en la eventual manipulación de cifras del Censo. Aseguró que “no tengo responsabilidad política, la tendría si no hubiera respetado la autonomía de este organismo (INE)… me conocen daría la cara y solo renunciaría por esa razón”.
Afirmó que “es importante decirle al país que no necesitamos hacer un nuevo Censo, las cifras están ahí, por discrepancias en la gestión hemos pasado a criticar cuestiones que no corresponden”.
De todas formas dijo que por “transparencia” se han entregado todos los datos a la fiscalía que para que investigue y quien corresponda pague si hubo alguna alteración en las cifras y finalizó con que “no se ha dado ninguna instrucción para adulterar o modificar los datos del Censo”.