Desde distintas veredas, el presidente del PRO, Marco Enríquez-Ominami, y el senador de Renovación Nacional (RN), Alberto Espina, analizan las últimas movilizaciones sociales y el paro nacional convocado por la CUT, el miércoles y jueves de la semana pasada. En este punto, el ex candidato presidencial lanza sus dardos a la Concertación a quien acusa de falta de autocrítica, mientras destaca el liderazgo mostrado por los estudiantes.
En el oficialismo, el parlamentario RN sostiene que no porque los problemas sean heredados de los gobiernos anteriores, no deben ser enfrentados y resueltos por la actual administración de Sebastián piñera. Asimismo, manifiesta la esperanza de que las peticiones de la ciudadanía, en algún minuto se van a canalizar.
Enríquez-Ominami a la Concertación: “La capacidad de hacerse el loco tiene un límite”
Por Michelle Helguero S.
“Estoy encabezando un movimiento gigantesco”. Así define su tarea actual el hoy presidente del Partido Progresista (PRO), Marco Enríquez-Ominami, quien dice que su tienda “tiene presencia en cada rincón de Chile”. Siempre crítico, el ex candidato presidencial y otrora “díscolo” de la Concertación, aborda el último paro nacional de la CUT y las movilizaciones sociales que se han sucedido en el país.
- ¿Quién gana el gallito gobierno- Concertación-CUT-estudiantes?
- Los estudiantes, por su legitimidad y nobleza.
- ¿Y ganaron o perdieron al apoyar a la CUT?
- Yo apoyo las demandas de los trabajadores, comparto el reclamo, soy crítico de las políticas anti-sindicales y comparto el desafío de la remuneración. Pero soy crítico de un cierto tipo de élite sindical y creo que la marcha a la que adherimos como progresistas, nos parece que tiene una mirada distinta a la de los estudiantes que era de una cierta alegría y capacidad, y ahí hay un matiz. Soy crítico, a pesar de que apoyé a Arturo Martínez como candidato a diputado, porque por un tema de principios, apoyaba a cualquier dirigente sindical, aunque aún así soy crítico de su gestión.
- ¿Los estudiantes se equivocaron al apoyar a Martínez?
- No. Es correcto que todos nos hayamos sumado a las demandas de los trabajadores, pero este paro es bastante más precario. Los estudiantes habían logrado creativamente convocar a los ojos del mundo sobre el tema de la educación pública y gratuita.
- ¿Qué participación tuvo en esta movilización? ¿Ganó algo?
- Ganar nada, no todo pasa por mis aspiraciones, ni por mi proyecto. Hemos acompañado y participado en múltiples marchas con los representantes del movimiento. Aquí corresponde acompañar, no corresponde ni utilizar, ni protagonizar. Aquí no sólo se trata del presente sino también del futuro, estoy interesado en el presente, en lo que está pasando hoy acompaño, pero también estoy preocupado por el futuro, de ofrecerle a Chile una alternativa distinta a los partidos decadentes que tenemos hoy. Y esa valoración del futuro no la puedes hacer hoy. Estamos acumulando fuerza, hemos preparado propuestas y hemos acompañado estos movimientos.
“Plop de Condorito”
- ¿Cómo ve que la Concertación se sumara al paro de la CUT?
- Lo encuentro impresionante. El pueblo concertacionista, toda la razón, pero en lo que se refiere a los presidentes de los partidos encuentro impactante cómo no se escandalizan más ellos mismos de lo que están haciendo, es como el plop de Condorito. Yo fui diputado y se me trató de díscolo por apoyar todas estas demandas, se me acusó de irresponsable, populista y los presidentes de partido dijeron que era un elemento que le hacía daño a la política por apoyar a estas causas.
- En ese momento el gobierno era de la Concertación...
- Sí, pero hay un límite yo hice algo escandaloso y me trataron de ruptura. Mi desafío no es la Concertación, es este gobierno. Para mí la Concertación es parte del pasado. Son caras de palo y lo encuentro brutal, escuchar a Insulza a Velasco, los que criminalizaron por la vía del lenguaje todo los elementos nuestros que éramos los díscolos.
- ¿Pero la Concertación hoy es la oposición?
- Sí pero yo de la Concertación era díscolo, y las acusaciones que me hacían eran feroces, decían que le hacíamos daño a la política a la democracia, estoy repitiendo las frases de ellos, que avergonzábamos la política y ahora están haciendo lo mismo. Usted dice son oposición al gobierno, pero eso no justifica. Lo encuentro increíble, no es explicable que siendo gobierno no haya habido más generosidad de la Concertación con los movimientos sociales, no es aceptable, el oportunismo es infinito, estos mismos que están marchando hoy, los presidentes de partidos, nos acusaron de traidores. Entonces, lo único que les pido que con el mínimo rigor es que naveguen por las declaraciones de esa época.
- ¿No debieron haber marchado?
- En este proceso de construcción crítica, la autocrítica existe y podrían haberla hecho, porque la marcha también es respecto de ellos, la marcha no es sólo sobre este gobierno, también es una interpelación a ellos. Porque la capacidad de hacerse el loco tiene un límite en la vida, ¿no gobernaron ellos 20 años?
- ¿A la Concertación le falta autocrítica?
- Si. Pero hoy mi desafío es que este gobierno esté a la altura de lo mínimo, paz social. No ha estado a la altura, es sorprendentemente errático.
- Si el gobierno no supera la crisis social, ¿se abre el camino a Michelle Bachelet?
- No creo en las reelecciones presidenciales y como dijo ella en 2005 en su campaña, que nadie se repita el plato. Hay que recordar las grandes promesas como la que mencioné sobre la Concertación.
No veo que se esté capitalizando y nadie está capitalizando esto, porque es la interpelación de una sociedad a un valor moral que se perdió. Que el más fuerte ayuda al más débil, que el más rico al más pobre, el más sano al más enfermo, eso en Chile no existe. Aquí cada uno se salva como puede.
“Nadie me ha dejado fuera del gabinete”
- A casi dos meses del cambio de gabinete ¿cree que funcionó?
- Son etapas distintas. Por cierto hoy en día se han incorporado líderes de la Coalición por el Cambio que no sólo tienen conocimiento en las materias que abordan, sino que experiencia política y esa es una complementación de gran importancia.
- ¿No le dolió que lo dejaran fuera de gabinete?
- Nadie me ha dejado fuera. Quedó resuelto claramente un año antes que asumiera el presidente Sebastián Piñera, quien conversó conmigo y me consultó que si yo no iba a la reelección como senador de La Araucanía, quería incorporarme a su equipo de gobierno; que él esperaba contar conmigo en un cargo de relevancia sin especificarlo, porque era obvio ni correspondía que lo hiciera.
- ¿Fue una decisión personal entonces?
- Le señalé que agradecía el honor de participar en su gobierno, pero que me parecia -y los hechos lo están demostrando- que era muy relevante estar en el Parlamento donde hay que discutir y resolver leyes que son fundamentales para el cambio que el presidente Piñera le ofreció al país.
- ¿Y después de un año y medio el presidente no le volvió a preguntar?
- Mi situación es muy distinta a la de la senadora Matthei, Allamand, Chadwick y Longueira, porque a ellos les quedaba dos o tres años para el término de su período. A mí me quedan 7 años, por lo tanto, resultaba absolutamente impresentable que abandonara mi región y dejara a un sucesor que no es elegido democráticamente por la ciudadanía, sino por la directivas de los partidos para asumir un cargo por 7 años.
-¿Está cuestionando el actual sistema de reemplazo de los parlamentarios?
- Estoy señalando mi situación especial. Además nunca he logrado entender porque alguien tiene que estar afectado por el hecho de no asumir como ministro. Tengo los niveles de contacto, cercanía y de influencia al interior del gobierno que me permite hacer todos mis planteamientos, muchos de los cuales se acogen sin ningún tipo de dificultad. De manera que nunca he entendido la molestia que les provoca a algunos no estar en el gabinete. Fue una decisión personal que lo hablé con el presidente con quien tengo una relacion de amistad de 25 años y le agradezco que me lo haya ofrecido.