Por Cristián Bastías Flores
El Banco Central publicó ayer la minuta de la Reunión de Política Monetaria de mayo, donde se observa que el Consejo consideró como “opción relevante” reducir la tasa de interés en 25 puntos base.
Pese a que de todas maneras la TPM se mantuvo en 5%, por décimosexta vez consecutiva y de manera unánime, esta consideración confirma el cambio en las condiciones económicas del país y da cuenta del mayor grado de holguras que esto significa para la política monetaria.
“La opción de recortar la tasa podría justificarse ante la continuación de los bajos registros de inflación y la reducción de las expectativas correspondientes, junto a evidencia de que ya se estaba materializando la desaceleración proyectada de la actividad y el gasto interno, así como también del crédito”, explica el documento subido por el instituto rector a su página web.
Pese a que la evaluación de este tema era esperado -debido a declaraciones del presidente del ente rector, Rodrigo Vergara- durante la semana pasada, la minuta también destaca por otros dos hechos relevantes: la constatación de que algunos consejeros ven riesgos de una nueva reaceleración del consumo, sustentada en mejores índices de confianza, aumentos sostenidos de los salarios reales e incluso alguna evidencia parcial de un mayor crecimiento de los créditos bancarios de consumo; y una eventual profundización del déficit de cuenta corriente, basado en la opinión de un consejero, que planteó que si bien la demanda interna se estaba desacelerando, su ajuste era menor que el del PIB, por lo que la brecha entre ambos se seguía ampliando, lo que se debería traducir en un mayor déficit de cuenta corriente a precios de tendencia.
Economistas reconocen un cambio de sesgo
Según el economista de Banco Penta, Matías Madrid, “lo que hizo el Banco Central en esta reunión fue mandar un mensaje respecto a que tiene que actuar preventivamente. Puede que en los próximos meses se materialice la desaceleración y el ente emisor no puede demorarse mucho en bajar la tasa, pero sí puede dar esta señal”.
En esa línea, recalca que “el déficit de cuenta corriente es precisamente el gran impedimento para que el Banco Central baje la tasa”. Esto se explica porque “el consumo impide que el déficit de cuenta corriente se achique, muy por el contrario, puede que se agrande y el Banco Central no va a aceptar un déficit de cuenta corriente superior al 5% del PIB”, agrega.
Sin embargo, Madrid también asegura que solo “va a haber una baja en la tasa si se materializa esta desaceleración del consumo, lo que no vemos en nuestro escenario base. Nosotros prevemos un déficit de cuenta corriente de 4,5%, con lo cual el Central no bajaría la tasa en 2013”.
Ante este escenario, el economista senior de BBVA, Fernando Soto, destaca que “más que una determinación o una visión en particular respecto de la TPM, lo que hizo el ente rector fue cambiar el sesgo”.
Según el economista “es bien difícil esperar que se materialice un recorte de tasa si uno no ve una desaceleración del consumo. Aquí, todas las señales apuntan a que este va a mantener su dinamismo y que este ciclo de desaceleración proviene de una caída en la inversión, un elemento que fácilmente se pude revertir de un trimestre a otro”.
Soto asegura que “hay que tener mucha cautela y recabar más información para confirmar la desaceleración y posteriormente pensar en un recorte de la tasa”.
En la misma tónica, el economista de BICE Inversiones, Sebastián Senzacqua, afirma que en la minuta se reconocen ciertos eventos que han dado cuenta de una desaceleración más brusca de lo esperado y que permiten justificar la opción de recorte en la tasa. Pese a esto, Senzacqua asegura que “las condiciones actuales no están para una baja en la tasa de interés”.
En relación al déficit de cuenta corriente, el experto asegura que si el Banco Central toma la decisión de un recorte, esto sería negativo, por el dinamismo del consumo. “Si se observa una baja eso iría más bien en camino a sobreestimular este tipo de variable, lo que podría exacerbar el déficit de cuenta corriente, que en términos de promedio está en torno al 4% del PIB, lo que es bastante alto”.