“Generoso, aportador y sobre todo un caballero”, son las características con que describen al presidente de la Asociación Nacional de Empleados Fiscales (ANEF), Raúl de la Puente, las mismas que demostró en su último enfrentamiento con Martínez al recordarle que “los trapitos sucios se lavan en casa”.
Al igual que su colega de la CUT, el liderazgo de este funcionario del Ministerio de Educación, que lleva más de 15 años a la cabeza de la organización que agrupa a más de 100 mil trabajadores fiscales, también ha perdido fuerza.
Así, a diferencia de la potente movilización que encabezó hacia fines del gobierno de Michelle Bachelet cuando logró paralizar la administración pública por varias semanas en una señal de molestia ante la inflexibilidad que mostraba el entonces ministro de Hacienda, Andrés Velasco, para aumentar el reajuste, el año pasado, en igual proceso, no logró demostrar el mismo poder.
De hecho, durante las negociaciones, algunos de los dirigentes de la mesa del sector público, le cuestionaron la “poca fuerza” que tuvo para mantener el paro.
A lo que también se sumaron las críticas que ha recibido para demostrar con mayor énfasis el malestar que existe en el mundo de los trabajadores públicos ante las masivas desvinculaciones que ha llevado a cabo la administración de Sebastián Piñera, pese a que durante la campaña prometió lo contrario. Quienes lo defienden destacan que tiene poco interés de protagonismo por lo que desmienten que quiera ocupar el lugar de Martínez.