Tras su periodo de vacaciones, y en medio de una gran expectación periodística, la presidenta Michelle Bachelet finalmente se pronunció sobre el escándalo Caval.
En una breve conferencia de prensa en la cual se aceptaron únicamente tres preguntas de la prensa, la mandataria aseguró que no tuvo conocimiento sobre la controversial reunión entre su hijo, Sebastián Dávalos, y el empresario Andrónico Luksic, tras lo cual se concretó el polémico préstamo por $ 6.500 millones.
Consultada si había autocrítica por el nombramiento de su hijo en la dirección sociocultural de la Presidencia, Bachelet sólo se limitó a destacar su gestión en el cargo.
"Hoy solo me cabe decir que su gestión al mando de la fundación ha sido reconocida. Hay una buena evaluación en su gestión de director sociocultural, ha habido avances en la fundación y hoy día mi hijo ya no es director sociocultural", dijo.
Antes, durante su declaración y visiblemente afectada, la mandataria reconoció que los acontecimientos que han rodeado al escándalo -y que motivaron la designación de un fiscal especial que incluso podría llamar a declarar a Dávalos-, han sido "difíciles y dolorosos" para ella como "madre y presidenta".
Sin embargo, aseguró que su deber como mandataria es enfrentar cualquier hecho que pudiera obstaculizar o comprometer los objetivos de igualdad y de justicia que ha planteado su administración.
"Mi compromiso primero que nada es con el anhelo de las grandes mayorías, el de vivir en un país donde no existan privilegios y que las oportunidades estén disponibles para todos y todas por igual y que la ley la respetemos todos", sostuvo.
"Aquí no hay un discurso de igualdad, hay una práctica", agregó.