Economía y Política

"Los liderazgos de todos los espectros políticos están en deuda"

¿Economía? "Chile es un auto que iba muy acelerado, que frenó y hoy va a la vuelta de la rueda"

Por: | Publicado: Sábado 30 de agosto de 2008 a las 05:00 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

Joaquín Lavín cambió de planes. Dejó sus deseos de correr su tercera carrera presidencial para correr su segunda maratón en Nueva York. Tras su último traspié electoral, se refugió en las aulas de la Universidad del Desarrollo, de la que es socio, y decidió intervenir de vez en cuando en la coyuntura política del país.

Ahora último se prepara para acompañar a Pablo Zalaquett en su campaña por la alcaldía de Santiago y para asesorar concejales a lo largo del país.

Para Joaquín Lavín, aparecer en los últimos sondeos de opinión pública es sólo un hecho de la causa y espera que la gente se dé cuenta que ya no corre por esos caminos.

 -Usted bajó considerablemente en las encuestas, en un último sondeo marca un 2% de las preferencias. 

-Lo que yo marque en las encuesta no tiene trascendencia, lo tomo como muestra de cariño. Esas personas que me ven así se irán sumando a quien tenga la mejor posición del conglomerado. Hoy es Piñera, pero mi candidato va a ser el que la UDI decida. Va a haber que actuar con absoluta madurez y estar detrás de la persona elegida.

 -¿Sebastián Piñera?

-Hay varios liderazgos en la UDI y RN. Lo que pasa es que para ganar las elecciones, ese liderazgo debe traducirse en votos. No hay ningún trauma, si hay una coalición política es obvio que no siempre el candidato presidencial va a ser del mismo partido.

-¿Qué pasaría si la gente decide que la continuidad es tan sana como la alternancia que usted propone?

-Bueno, así es la democracia pero francamente esta vez ya no. Creo que son muchos años y que son muchos los síntomas. Creo que efectivamente termina un ciclo y empieza otro.



Chile agotado

-¿Cómo ve al país?

-Al país lo veo muy frenado, topado, muy empanado. Chile es un auto que iba muy acelerado, que frenó y hoy va a la vuelta de la rueda. El que era el ejemplo de América Latina, pasó a ser un país más.

¿Por qué pasó esto? Veo que de alguna manera los países crecen cuando viven grandes transformaciones. Un vuelo fue el gobierno militar, en el período de Büchi, después vino la vuelta de la democracia y eso fue nuevamente darle vuelo al columpio. Después de eso no ha pasado nada y hoy nadie le da vuelo de nuevo. Por qué nadie se lo da, porque hay grandes reformas que hacer.

-¿Cómo cuáles?

-No va ha haber una revolución en educación si no modificamos el estatuto docente.  La descentralización de Chile también es clave. Todas esas son las grandes reformas que hay que hacer. La misma modernización del Estado de la que nos habla Pérez Yoma. Nadie se atreve a hacerlas, porque significa costos políticos que nadie quiere asumir.

-O sea, ¿no quieren arriesgar capital político?

-Por ejemplo, en el Congreso,  se ve como cada proyecto requiere del consenso y eso va a ocurrir con Bachelet presidente o Piñera presidente. Entonces estas reformas requieren consensos, para convencer a personas del otro lado.

-¿Y eso afecta el crecimiento?

-Da pena que teniendo esa riqueza Chile crezca al 4% ó 3%, que tengamos una inflación que está mandando de vuelta a mucha gente a la pobreza. El mismo letargo se observa ahí, todo el mundo sabe que se lograron los equilibrios en macroeconomía, pero falta una revolución en microeconomía.

-¿Qué le produce esta situación?

-Me da impotencia y me dan ganas de meterme. Lo que pasa es que hay gente que tiene un concepto equivocado, creen que creciendo un 3% o un 4% basta, pero están mal. No es comparable crecer un 4% en Chile, que con la misma cifra que en España, esos países tienen un stock de riqueza gigantesco y la pobreza está en los museos y aquí está en la calle.



Los síntomas

-¿A qué se debe este letargo? ¿A las divisiones políticas?

-La política ha dado un triste espectáculo, como con lo ocurrido en el Congreso con los vales de bencina. Ojalá que Chile no tenga que pasar por una crisis para que nos demos cuenta de que tenemos que ponernos de acuerdo. Hoy vivimos una normalidad y la gente no toma conciencia de lo que hay que hacer y para eso están los líderes. Y los liderazgos de todos los espectros políticos están en deuda. Yo he ido a seminarios de distintitos sectores y hoy transversalmente hay un consenso de lo que hay que hacer.

-¿Y qué hay que hacer?

-La flexibilidad laboral llora a Chile. Todo el mundo y los distintos sectores lo saben, pero nadie se atreve a decirlo. Falta un liderazgo que rompa la inercia y ese liderazgo tendrá la dificultad de poner de acuerdo a un grupo más amplio.

-Algo que al parecer también falta en la Alianza

-Mire, a mí me tocó vivir como candidato presidencial una Alianza muy distinta a la de ahora, con peleas y divisiones profundas. Tanto Hernán como Carlos Larraín hicieron un gran aporte y hoy veo una Alianza distinta. -¿Usted cree que la Alianza tendrá  la capacidad de unirse en torno a un candidato?

-Hoy la posibilidad de ganar las elecciones es mucho mayor, incluso más que cuando yo era candidato. Hoy por las divisiones no hay liderazgos, Michelle Bachelet era un fenómeno y ninguno de los que suenan hoy representa eso.

-Usted habla de un agotamiento de la Concertación, ¿cúales serían sus síntomas?

-El Transantiago. Aquí ya lo reconocen todos como el error más grande de la última década. Segundo, la inflación. La considerábamos como parte del pasado. Hoy todo Chile la vive en los precios de los combustibles y de los alimentos. Tercero, tiene que ver con el acostumbramiento en el poder. La corrupción es propia de los grupos humanos que se acostumbran al poder y que se creen todopoderosos. Cuarto, las divisiones en la Concertación.

-¿Pero en la derecha también hay posibles casos de corrupción, como en Huechuraba donde está involucrado su yerno Isaac Givovich?

-Lo que está claro es que la corrupción y lo he dicho con anterioridad, es debido al agotamiento de los grupos. Además, la corrupción no tiene color político.

Lo más leído