Banco Central se suma al mayor optimismo
Sergio Lehmann economista jefe Bci Estudios
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En un nuevo Informe de Política Monetaria (IPoM), el Banco Central se alinea con el mercado y hace una revisión importante en el crecimiento proyectado para este año, ubicándolo entre 3 y 4%, y marca un mayor dinamismo hacia 2019. Esto reafirma la recuperación que muestra la economía chilena, recogiendo una mejora en la confianza, junto con un escenario global más favorable.
Detrás del mayor dinamismo de la economía chilena se reconoce un alza en la inversión, que crecería de acuerdo al Banco Central 3,6% en 2018, dejando atrás cuatro años de caídas.
Las exportaciones, que también retrocedieron en los últimos años, crecerían 5%, acorde con mundo más dinámico, destacando el repunte en América Latina, a pesar de los mayores riesgos políticos.
Como es habitual, el Banco Central reconoce riesgos en el escenario, pero que en el balance son positivos del lado local, afirmados en un clima interno más favorable que se ha reflejado en un mayor apetito por invertir.
Del lado externo expone su preocupación por la evolución de la situación fiscal en Estados Unidos. Advierte de una descoordinación entre una política fiscal estimulativa que implica la rebaja de impuestos y el mayor gasto fiscal; mientras que por el lado monetario se busca ir moderando la actividad, de modo de contener las presiones inflacionarias. Este es un punto clave, que si bien hoy no ha estado demasiado presente en la discusión, estará marcando la pauta en los próximos años.
Los temores de guerra comercial también se reconoce como un factor de incertidumbre que podría sesgar a la baja el crecimiento mundial.
Del lado de la inflación, se reafirma la convergencia hacia 3% hacia 2019. Para este año el Banco Central recorta la proyección más allá de lo previsto, situándola en 2,3% anual en diciembre. Detrás de esta revisión ve el efecto de la apreciación que ha experimentado el peso.
Una vez más aborda este tópico en un recuadro especial que distingue los efectos cambiarios, dependiendo de si el origen del gatillante es local o externo.
En el primer caso, los impactos inflacionarios serían más importantes, lo que estaría alineado con lo que estamos viendo en lo último, dado el efecto cambiario que ha tenido el repunte de la confianza. En efecto, desde mediados de diciembre a la fecha, el tipo de cambio ha caído en torno a 7%, lo que incide fuertemente en el precio de los bienes importados. Hay que hacer notar, sin embargo, que la fortaleza de la demanda interna estará presionando la inflación hacia el segundo semestre del año.
En ese ámbito, el alza en los precios podría ser algo más marcada de lo que el Banco Central está viendo, en particular por la normalización de márgenes de parte de las empresas. En términos generales, entonces, el Banco Central nos entrega un informe relativamente en línea con lo esperado. Los tiempos de bajas en tasas de interés han concluido, anticipándose un retiro gradual de la abundante liquidez que nos ha acompañado en la última década. Esto ocurrirá de forma altamente sincronizada a nivel global.