Vladimir Werning, director ejecutivo de JPMorgan Chase, realiza un constante monitoreo de la coyuntura macroeconómica de Chile. Desde Nueva York, el economista argentino experto en mercados emergentes dice que los últimos datos de Imacec e IPC reflejan “una coyuntura díficil” que deberá ponderar el Banco Central.
- ¿Cómo se explica el sorpresivo 0,6% del IPC en abril?
- En el reporte el factor sorpresivo fue la inflación de no transables. Sugiere que el componente de traspaso del peso a los precios internos superó las expectativas.
- ¿Considera que existe una presión inflacionaria importante y un eventual riesgo de estanflación?
- El dato de abril ha afectado las expectativas de presión inflacionaria esperada para el corto plazo. Proyectamos un peak de inflación de 4,7% en lo inmediato y alrededor de 4,1% a fin de año. El fenómeno climático de El Niño representa un riesgo al alza adicional.
En la coyuntura actual, la subida de precios definitivamente amenaza con actuar como un impuesto que deprime el gasto e impone riesgos a la baja en la trayectoria de actividad económica. Pero cuando se discute la estanflación generalmente es en referencia a un fenómeno estructural.
En Chile creo que aún se puede considerar que las presiones observadas sobre actividad y precios son sólo coyunturales. No está demás, en una coyuntura difícil, reconocer la relevancia de la discusión en torno a cómo mejorar la tasa de crecimiento potencial de Chile. Ese fue un objetivo que la administración anterior encaró inicialmente, pero luego abandonó.
-¿Ha cambiado el sesgo de la política monetaria?
- Creo que el Banco Central mantendrá un sesgo expansivo, pero deberá hacer una pausa extendida en sus recortes para darse tiempo a evaluar el grado de persistencia inflacionaria antes de actuar nuevamente.
- ¿Espera una pausa en la trayectoria de la tasa en la Reunión de Política Monetaria de esta semana?
- Antes de los datos económicos, nosotros anticipábamos una pausa durante todo el segundo trimestre. Ahora vemos esa pausa extendiéndose al tercer trimestre. Los dos recortes adicionales de 25 puntos básicos pendientes que anticipábamos los esperamos en diciembre y febrero.
- ¿Ve algún riesgo de la economía chilena crezca bajo 3% este año?
- Sí, este año siempre nos
preocupó el riesgo a la baja del ciclo y hemos mantenido una proyección por debajo del consenso. En este momento, sigue siendo el caso. Proyectamos 2,9%.
- ¿Hay un efecto del debate tributario sobre la inversión?
- Luego de un ajuste fuerte de la inversión el año pasado, aparecieron algunos indicadores parciales que parecían sugerir una estabilización en meses recientes. Entonces, la lógica era esperar que el consumo caracterizara una próxima fase de desaceleración, menos brusca.
Sin embargo, temo que los indicadores de inversión también pueden continuar su deterioro. Es difícil atribuir esto solamente a la reforma. Pero los proyectos de inversión pueden demorarse ante la incertidumbre en la medida que no se cierra la etapa de definición de los cambios impositivos.
-¿Cómo se reactiva este escenario?
- El BC ya ha contribuido a sentar las bases para una recuperación recortando la tasa de interés y ha contribuido a que el peso pueda ganar competitividad. Entonces, es posible una rotación de las fuentes de crecimiento hacia el sector externo. Sin embargo, esa transición puede resultar gradual y la sensación térmica doméstica de un crecimiento de esta naturaleza suele ser tibia.
No veo mucho beneficio de encarar experimentos de estímulo fiscal en la actual coyuntura. Si podría resultar conveniente reasignar partidas presupuestarias a sectores más expuestos, pero sin modificar la regla fiscal estructural. El gobierno tiene una carta muy fuerte para apuntalar el crecimiento: una reforma energética, pero aún no da señales convincentes de que se animará a jugarla. El tema aún parece estar en un estado demasiado deliberativo.