Continúa el consenso al interior del Banco Central. Según reveló la minuta publicada esta manaña, el Consejo del instituto emisor votó por unanimidad por mantener en 2,5% la tasa de interés en la reunión de hace dos semanas, en vista de la sorpresiva alza de 0,6% de la inflación en octubre, que fue precedida por un igualmente inesperado IPC de -0,2% en septiembre.
Acorde al documento, los datos conocidos durante la reunión de octubre y los análisis preliminares del Informe de Política Monetaria (IPoM) de diciembre, apuntaban a "confirmar" el escenario base, los riesgos y la evaluación del mes pasado
"Así, se confirmaba que la economía seguía débil, especialmente los sectores asociados a la construcción, lo que se reflejaba en velocidades de expansión que se mantenían por debajo del crecimiento potencial. Ello, pese a que la demanda interna crecía a tasas mayores, impulsada, principalmente, por la demanda de bienes importados", asegura el documento.
Respecto a la inflación, el ente autónomo reconoce que los precios sorprendieron al alza el mes pasado, "revirtiendo las sorpresas negativas previas" de septiembre.
"En esta ocasión, la sorpresa se había dado en algunos ítems subyacentes, con lo que la inflación SAE se ubicaba en línea con lo previsto en septiembre. La inflación total, por su parte, continuaba por debajo de lo proyectado, debido al comportamiento de los precios de frutas y verduras, principalmente", dice el Central.
De todas maneras, el Consejo volvió a enfatizar los riesgos de que la inflación total se mantenga por debajo del rango meta (entre 2% y 4%) por un período más prolongado.
"Seguía siendo de especial preocupación que, en un contexto de expectativas de inflación a mediano plazo bajas y crecimiento todavía débil, esta se podría ver demorada. Esto podría ocurrir tanto por el efecto de la acumulación de shocks sobre la inflación vía indexación como por sus efectos en la formación de expectativas. Ambos caminos se potenciarían si la política monetaria no reaccionaba adecuadamente, ya que la menor inflación esperada podía afectar las tasas reales, deprimiendo la demanda", advierte el documento.