Este domingo 16 se realizarán las elecciones presidenciales en Chile, una de las más históricas y que está siendo seguida dentro y fuera del país, pues podría marcar un nuevo giro en la política local, pero además, alinearse con los resultados que se han venido dando en el resto de la región, con un auge de la derecha en Argentina, Ecuador y, más recientemente, Bolivia.
Según The Economist, la elección del 16 de noviembre ocurre en un clima dominado por el miedo a la delincuencia y la percepción de deterioro social, con 63% de chilenos declarando preocupación por la violencia y con la inmigración como tema central del debate público.
La revista británica describe cómo este escenario ha impulsado a los candidatos de derecha, especialmente a José Antonio Kast, quien ha moderado su conservadurismo social para concentrarse en una agenda de seguridad.
Al mismo tiempo, retrata a Jeannette Jara como una abanderada de izquierda que intenta desmarcarse de la impopularidad del Gobierno de Gabriel Boric, liderando la primera vuelta pero con escasas probabilidades en un balotaje. El medio concluye que, por primera vez desde 1990, la derecha podría obtener una mayoría parlamentaria y conducir a Chile hacia un giro profundo en su rumbo político.
Por otro lado, The Wall Street Journal enfatizó que, más allá de quién resulte electo, las votaciones del domingo probablemente reforzarán la imagen de Chile como uno de los casos más exitosos del mundo en desarrollo y como un ejemplo de instituciones capaces de resistir los vaivenes del populismo, tanto de derecha como de izquierda, que hoy tensionan a la región.
Al analizar a los dos aspirantes mejor posicionados en las encuestas, el diario estadounidense sostuvo que Jara dista de encarnar un comunismo radical, mientras que Kast no se ajusta del todo a la etiqueta de extrema derecha.
Debate en seguridad
En esa misma línea, Bloomberg, quien recientemente entrevistó a Jara, también destacó el aumento del debate sobre migración entre los aspirantes a la presidencia, destacando las propuesta de los candidatos de derecha que "prometen campos de detención, muros, trincheras, deportaciones masivas y, en un caso, incluso minas antipersonales".
Misma línea atribuyó Reuters: “Los chilenos llegan a las elecciones presidenciales del domingo consumidos por el miedo al crimen, la inmigración y las bandas organizadas que se han arraigado en pocos años, muy lejos de la ola de optimismo de la izquierda y las esperanzas de redactar una nueva constitución que dominaron el último ciclo electoral”. De la misma forma lo presentó el medio colombiano La República.
En otro artículo, France 24 analizó a Kast como figura central de esta lógica de “orden y seguridad”, enfatizando que en su tercer intento presidencial acentúa un discurso ligado a la represión del crimen organizado, barreras para la inmigración y un rol mucho más presidencialista en la agenda de defensa del Estado.
Polarización
Al otro lado de la cordillera, la cobertura de medios argentinos coincide en destacar una elección marcada por la polarización y la incertidumbre. Clarín presentó el escenario chileno como una disputa abierta en la que Jara llega al domingo con ventaja en primera vuelta, pero con serias dificultades para imponerse en un eventual balotaje frente a cualquiera de los candidatos de derecha.
El diario señaló que el crecimiento de Kast y la irrupción de figuras como Johannes Kaiser y Evelyn Matthei configuran un bloque opositor fragmentado, pero con altas probabilidades de capitalizar el descontento ciudadano.
La Nación, por su parte, dijo que la izquierda enfrenta una “misión casi imposible” encabezada por una candidata comunista en un clima dominado por la agenda de seguridad, migración y orden público. También recalcó que el cierre de campañas estuvo marcado por acusaciones cruzadas y por una derecha que, pese a sus tensiones internas, aparece mejor posicionada para disputar el poder en diciembre.