Energía y transporte fueron los ítemes de mayor incidencia en el sorpresivo resultado de -0,5% que anotó el IPC de abril. Así, el primer indicador que dio a conocer el INE tras las dudas de metodología que plantearon agentes de mercado -y el primero luego de la reunión del comité de usuarios que instituyó el ente estadístico- fue más bajo que la proyección de consenso de los especialistas, que apostaban por una cifra negativa pero dudaban respecto a si sería un -0,1% o un -0,2%, por lo que el -0,5% instaló un factor sorpresa.
Al respecto, el INE señaló que seis de las 12 categorías anotaron caídas y las que tuvieron más incidencia en la cifra fueron Transporte (-2,0%), y Alojamiento, Agua, Electricidad, Gas y Otros Combustibles (-1,5%).
De esta forma, el IPC acumulado en el año alcanza a un 0,2%, mientras que el indicador a 12 meses anota un registro de 1,0%.
Análisis del resultado
Al respecto, Mario Arend, economista de Celfin-BTG Pactual, afirmó que “los datos del IPC sorprendieron a la baja y provino de una caída mayor a la esperada en los precios de transporte”.
Respecto a las causas, plantea que “en cuanto a los precios de autobús interurbano, nuestro análisis sugiere que la Pascua (de resurrección) acaecida en marzo en lugar de abril (al igual que en 2008) explica gran parte de la sorpresa a la baja, dado que los precios del transporte interurbano suelen caer bruscamente después de Pascua. La sorpresa a la baja en el transporte aéreo también se relacionó con el mismo factor, ya que los precios suelen aumentar en abril, pero no lo hizo esta vez”.
Otro factor que se incluye en el análisis es el relacionado con el magro Imacec que anotó la economía en marzo, que fue dado a conocer el lunes de esta semana, y que si bien fue atribuido por las autoridades al paro portuario y a un factor calendario, prendió las alarmas al generar un cierre del primer trimestre menor a las expectativas. En ese sentido, Arend añade que “los datos, junto con las últimas sorpresas a la baja en la actividad económica representan un riesgo a la baja para nuestro pronóstico de fin de año 2013 de 2,4% año a año”.
En tanto, el economista del grupo Nueva Economía, Hernán Frigolett, planteó que “abril es un claro llamado de atención porque la economía chilena muestra una desaceleración por todos los flancos: las importaciones no han crecido en marzo y en abril mantienen un ritmo muy moderado, afectadas sin duda por el paro portuario, la producción doméstica sólo creció 3,1% en marzo, y el desempleo ya no ha proseguido a la baja, con una ocupación que se incrementa gradualmente. Las remuneraciones ya no están ejerciendo presión reflejando los ajustes en el mercado laboral que tiende a normalizarse”.
Banchile Inversiones, a su vez, dice que “hay elementos como la caída en las presiones a nivel subyacente, la persistencia de diversas medidas por debajo del piso del rango meta, la reciente desaceleración de la actividad y la caída en el precio de diversos commodities permiten disminuir significativamente las razones para plantear un alza en la TPM”.
A su vez, la Cámara de Comercio de Santiago (CCS) planteó que “sin perjuicio del carácter puntual que puedan revestir algunos de los elementos que definieron el IPC negativo de abril, las distintas medidas de inflación acentúan el distanciamiento (hacia abajo) de la inflación respecto del rango meta del Banco Central”.
El gremio agregó que “el cuadro inflacionario de los próximos meses, así como las cifras de actividad, debieran dar más luces acerca de avanzar en un recorte de tasas de interés hacia el segundo o tercer trimestre de este año”.
Pese a ese diagnóstico, el ministro de Hacieda, Felipe Larraín, afirmó que el indicador es una “buena noticia para los chilenos” que “ocurre en primer lugar por una caída muy importante en la cuenta de la luz, con la energía eléctrica cayendo casi 10%, y una disminución de las gasolinas de algo menos de 4%. Esos son los elementos fundamentales detrás de la caída del IPC”, indicó.
Además, señaló que la cifra “significa un mayor poder adquisitivo y un mayor rendimiento de los salarios”.
Cuestionamientos a metodología
Respecto a las críticas que ha recibido el indicador, Larraín dijo que “si bien en el IPC se está aplicando la misma metodología implementada en 2009, siempre hay que estar abiertos a perfeccionar los instrumentos de medición y eso es lo que está haciendo el INE a través de una comisión de expertos nacionales e internacionales”.
En tanto, el análisis de BCI plantea que “las modificaciones metodológicas (del INE) van en la dirección correcta y efectivamente inyectarían cerca de 0,4% por vestuario, y algunos puntos adicionales por las otras divisiones. Es particularmente relevante la revisión de la metodología de medición de arriendos del Instituto, que en esta coyuntura puede ser un factor altamente inflacionario para la canasta. Con ello, la potencialidad de ajuste alcista por estos cambios podría incluso superar el 1% a partir de 2014”.