Hacia un cambio de nuestros hábitos

Hoy, el desafío que enfrentamos como humanidad es enorme. Estamos consumiendo recursos naturales e impactando con desechos al planeta en un nivel que excede su capacidad de regeneración, según informes de la ONU y de World Wildlife Fund (WWF).

Solo en Chile tenemos más de 17 millones de toneladas de residuos al año, sobre 456 kgs. por cada chileno. Todas las ciudades tienen serios problemas de manejo de residuos.

En este escenario, es urgente reducir el impacto medioambiental. Cambiar la mirada desde el concepto tradicional de extraer materia prima, transformarla en producto, usarlo y desecharlo. Debemos tomar conciencia del problema para actuar ya, asumiendo que no hay recetas mágicas y que en este cambio cultural se requiere avanzar paulatinamente.

Necesitamos seguir caminando hacia un desarrollo sostenible, que contemple e integre el concepto de “economía circular”. Ello implica un esfuerzo desde el diseño de los productos, empaque, reciclaje y reutilización para abarcar de manera circular todo el sistema de la cadena que hasta ahora la pensábamos exclusivamente como lineal.

En Chile, hay algunas empresas que están dando pasos en esta dirección. En el caso de Sodimac, tenemos la experiencia de productos muy exitosos desarrollados por Comberplast con residuos plásticos recolectados en nuestra Red Nacional de Puntos Limpios.

Pero no solo hay un desafío de quienes producen o comercializan. La tarea nos involucra a todos como consumidores para privilegiar artículos elaborados en la lógica de la economía circular. También, debemos tomar más conciencia sobre la necesidad de reciclar. Hoy, se recicla en Chile menos del 10% de los residuos domiciliarios según el Ministerio del Medio Ambiente.

El sector público es un actor clave también. La Ley REP es un logro muy importante, así como también los Acuerdos de Producción Limpia. Se requiere, sin embargo, dar un salto más allá. Que empresas, sociedad civil y estado trabajen conjuntamente. Desde el sector público se puede avanzar más en promover y evaluar mecanismos virtuosos que impulsen la economía circular. Hay que analizar políticas que fomenten, con incentivos tributarios u otros, el ecodiseño, el packaging responsable y la creación de puntos limpios, entre otras medidas. En esta tarea urgente de cuidar el planeta, la casa de todos, todos tenemos una responsabilidad, y debemos estar abiertos a cambiar paulatinamente la mirada y los hábitos.