“Icha” Solari: Apasionada de la hípica y visionaria
Su círculo más cercano retrata a María Luisa, una de las principales accionistas de Falabella, como una mujer de gran aptitud y cualidades humanas.
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Sus amigos más cercanos se deshacen en buenas palabras. Todos concuerdan, enfáticos, en que María Luisa Solari, una de las principales accionistas de Falabella - con el 13,03% de la participación-, quien falleció el lunes por la noche tras una larga enfermedad, era ante todo una gran amiga y sencilla.“Buenamoza”, no olvida Pablo Trucco, vinculado a ella por el mundo de la hípica, y Carlos Queirolo, cuñado de Juan Cuneo, primo de María Luisa.
El animador Kike Morandé, también vinculado a la hípica, le recuerda: “Con su particular marido Marcel (Zarour) hacían una pareja única. La voy a echar mucho de menos porque era una persona que acompañaba mucho y siempre daba gusto verla”, dice.
Además, le recuerdan por su cercanía con todo el mundo, su actitud involucrada hacia todo lo que hacía y sus aptitudes.“Ese es un beneficio que tienen las tres hermanas (Solari Falabella), porque son tremendamente agujas, habilosas. Se ve que son familias a las que les enseñaron a trabajar, se nota al tiro y son personas de mucho emprender con sacrificio”, agrega el animador.
Carlos Queirolo también recuerda esta habilidad. “En los años 80 yo era un proveedor más de Falabella y trabajando con ella siempre me aportó, me ayudó con ideas porque era muy visionaria”, cuenta, destacando que el estilo de María Luisa era trabajar de forma silenciosa.
Pero esta forma, avispada y sencilla de trabajar, también la trasladaba a su vida personal, dicen sus próximos. “Nosotros le peleábamos mucho y le decíamos qué cuál era el fin de ser así. Ella prefería irse al sur en una camioneta diésel cualquiera. Fue muy austera, pero a ella le gustaba ser así”, detalla Queirolo.
“A pesar de tener la situación económica que todo el mundo conoce, ella atendía personalmente su casa, nunca usaba ni guardaespalda y era de muy bajo perfil, muy acogedora y normal (…)”, dice Trucco, miembro del directorio del Club Hípico, reiterando su atributos. “Era muy buena persona y siempre dio, pero no supo la mano izquierda lo que dio con la mano derecha”, cuenta.
Su afecto por la hípica
La pasión por los caballos, mediante los que cosechó grandes amistades, se la inculcó su padre desde la infancia, pero también posteriormente compartió con su marido esta afición con la que obtuvo numerosos logros y con el que comandó durante años el Haras El Sheik.
De hecho, muchos de sus caballos -como Paloma Infiel, que corría con los colores de su marido, Moscona o Sanderman- ganaron grandes torneos durante la historia de la hípica en Chile, explican Pablo Trucco y Carlos Queirolo.
Pero además, comenta Queirolo, María Luisa también tenía otra afición: el esquí. A este deporte se hizo aficionada gracias a su tío Reinaldo Solari.
Incluso María Luisa cosechó triunfos en este deporte y logró ser campeona de Chile en esquí. “Era una mujer 100% deportista en sus años de juventud”, recuerda Queirolo.