Por José Carlos Prado
El anuncio de su llegada a la gerencia general de La Polar se produjo el mismo día que la empresa reconoció malas prácticas en su cartera de créditos. Si bien en el hecho esencial se dijo que su contratación era una de las medidas inmediatas para enfrentar la contingencia, fuentes revelan que su llegada estaba lista desde antes de la junta de accionistas del 29 de abril pasado.
Su selección -aseguran- se hizo a través de un proceso que llevó adelante una consultora de la plaza, que puso sus ojos en él y se lo propuso a la compañía. Eduardo Bizama Cabalá, ingeniero civil de la Universidad de Concepción, diplomado en administración de empresas y MBA de la Universidad Adolfo Ibáñez, cuenta con un larga experiencia en cargos ejecutivos.
Tiene 49 años, es casado y padre de cinco hijos. Por más de 20 años estuvo en la Küpfer, empresa que provee productos de acero a la industria y que tiene una red de 16 sucursales a lo largo del país. En esta firma llegó a ser gerente general con una misión muy clara. Según sus cercanos, se encargó de la profesionalización de la empresa, logrando un crecimiento importante en los ingresos.
Quienes lo conocen destacan que es un hombre de carácter y que le gusta armar sus propios equipos, de tal manera de asegurar el cumplimiento de sus objetivos.
Esta es una de las características que más recuerdan en Construmart, compañía a la que llegó en marzo de 2006 para hacerse cargo de su proceso de modernización. Ese año, el propio Bizama señalaba en una entrevista que su objetivo era convertirla en “multiespecialista de la industria de construcción”. Entre sus tareas estuvo la introducción del concepto de gobierno corporativo, con un nuevo directorio y nuevas unidades de negocio y de clientes.
Un conocido destaca que el éxito de su paso por esta empresa queda de manifiesto en el interés del empresario Álvaro Saieh -controlador de SMU- quien terminó comprándo la cadena a inicios de este año.
El viernes de la semana pasada fue su último día en Construmart. Allí lo recuerdan como un hombre cercano a los trabajadores, muy simpático y comprometido con sus labores. Para despedirlo, cuentan, se organizó una comida con todos sus cercanos y la paella fue el plato que acompañó aquella velada.
Atrás quedaba la firma donde estuvo cinco años, dejando un legado no sólo en la expansión que registró, sino que también a uno de sus hombres de confianza en la gerencia, Guillermo Elgueta.
De vacaciones
El miércoles en la noche Bizama se fue de vacaciones. Y es que su nuevo rol en la gerencia general de La Polar lo debe asumir recién el 25 de julio próximo, fecha en que tendrá que tomar la riendas de una plana ejecutiva que quedó casi desierta después que se supo que se ocultaban datos relevantes sobre la situación de su cartera de clientes .
Este no es un mal escenario para él, ya que tendrá la oportunidad de hacer lo que tanto le gusta: armar equipos. Casi siempre, dicen quienes lo conocen, se asesora de un grupo de profesionales que lo ha seguido en toda su trayectoria.
Ahora, cuentan sus cercanos, el desafío es mayor. Cuando aceptó el cargo que le ofrecieron en La Polar la situación era muy distinta a lo que pasa hoy.
Es probable que cuando llegue a su oficina no quede ninguna de las personas que lo reclutaron para el cargo y se tendrá que enfrentar a un proceso en extremo complejo para la continuidad de la compañía. De todos modos, el nuevo presidente del directorio, César Barros, destacó el día de la junta extraordina que votó el aumento de capital que el nombramiento de Bizama se mantiene.
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