El Gobierno
alemán mantuvo hoy su política de discreción respecto a la estrategia que
seguirá en relación con el futuro de Opel y se limitó a adelantar que hasta
"mediados de la semana" cuenta con una solución.
"Se
trata de un proceso en el que cada día hay movimiento", pero sería
"contraproducente dar detalles" sobre el estado de las negociaciones,
dijo hoy el portavoz del Gobierno, Ulrich Wilhelm, en el tono enigmático que ha
venido caracterizando la línea gubernamental de las últimas semanas.
Wilhelm
hizo estas declaraciones tras una nueva reunión en la Cancillería de los
ministros de Economía, Karl Theodor zu Guttenberg, Finanzas, Peer Steinbruck,
Trabajo, Olaf Scholz, y el vicecanciller Frank Walter Steinmeier.
En la
reunión se analizaron las ofertas mejoradas de los tres potenciales
interesados, el grupo automovilístico italiano Fiat, el fabricante de
componentes austríaco-canadiense Magna y el inversor financiero estadounidense
Ripplewood.
Como en
días anteriores el vocero evitó nuevamente hablar de preferencias y aseguró que
el Gobierno sigue hablando con todos los potenciales inversores y con todas las
partes implicadas en este proceso, es decir los cuatro jefes de gobierno
regionales con plantas de Opel y, sobre todo, con la casa matriz General Motors
y la Administración
estadounidense.
Si bien la
decisión final la deberá tomar General Motors, el Estado alemán es uno de los
protagonistas de esta complicada operación, en tanto que es el principal
avalista de los créditos que necesitará General Motors Europa en caso de poder
desligarse de la casa matriz, cuya suspensión de pagos parece inminente.