General Motors (GM) cerró hoy la
planta de camionetas que tenía desde hace 44 años en la localidad
canadiense de Oshawa, a unos 60 kilómetros al este de Toronto, lo
que supone la eliminación de 2.600 puestos de trabajo.
El cierre de la planta es parte de la reestructuración de la
compañía y ha sido forzada por la drástica caída de la demanda de
camionetas, categoría que incluye todoterrenos, monovolúmenes,
"pickups", furgonetas y camionetas. GM anunció el año pasado el fin
de las operaciones de las instalaciones.
La planta, donde se montaban los modelos GMC Sierra y Chevy
Silverado, llegó a producir 323.000 vehículos en 2000, cuando
operaba a plena capacidad con tres turnos de trabajo y 3.500
trabajadores.
Desde enero, la planta sólo funcionaba a un tercio de capacidad,
con un turno de trabajo.
Un analista del sector declaró al periódico Toronto Star que el
cierre definitivo de esta planta supondrá la pérdida de otros 12.000
empleos en empresas relacionadas.
En Oshawa, General Motors tiene localizada sus oficinas centrales
en Canadá y otra planta de montaje donde produce autos.