117.000 piscinas olímpicas y 11 Estadios Nacionales. Esa es la cantidad equivalente a las 269 mil toneladas de vidrio –unos 900 millones de envases– que se recolectaron y reciclaron durante los últimos 30 años con la campaña “Reciclando el vidrio ayuda”, impulsada a través de la histórica alianza entre Cristalerías de Chile y la Corporación de Ayuda al Niño Quemado (Coaniquem).
A tres décadas de la instalación de sus primeros tambores verdes –que llegaron a estar ubicados en más de 2.000 puntos en 13 regiones del país– este martes, Cristalerías de Chile -ligada al grupo DF- y Coaniquem anunciaron el término oficial de la iniciativa dedicada exclusivamente al reciclaje de envases de vidrio. ¿El motivo? Los cambios regulatorios generados por la puesta en marcha de la Ley de Reciclaje y Responsabilidad Extendida del Productor (Ley REP), que involucra la llegada de nuevos actores al sistema del reciclaje de residuos domiciliarios en el país.

Eduardo Carvallo, gerente general de Cristalerías de Chile.
Así, con una ceremonia realizada en uno de los cuatro centros de rehabilitación que hoy tiene la Corporación, específicamente en el ubicado en la comuna de Pudahuel, altos ejecutivos de ambas entidades junto a representantes de empresas colaboradoras de la campaña (como SMU, Dimensión, Coca Cola Andina, Cencosud y Transportes AGM) celebraron y conmemoraron la historia de la iniciativa.
“Cuando empezamos esta campaña –y esto me lo cuenta a mí el doctor Rojas, mi padre– muchos creían que estábamos locos. ‘Vamos a financiar la rehabilitación de los niños con quemaduras, la casa y el colegio en que se tienen que quedar, con botellas de vidrio’. El directorio, que hay algunos antiguos que están acá, decía: ‘Te volviste loco’. Era una cosa que estaba fuera de la caja”, rememoró ante los asistentes, Jorge Rojas Goldsack, presidente de Coaniquem.
“Y hoy, después de 30 años, hemos cumplido un ciclo (...) que nos ha permitido financiar –y esta es la cifra más importante para nosotros– 19.134 estadías de niños y niñas con quemaduras que han venido a este lugar a rehabilitarse y han podido quedarse en esta casa y (han podido asistir) a este colegio gracias al vidrio de nuestra campaña”, prosiguió Rojas Goldsack en su discurso, haciendo referencia a la residencia “Casa Abierta” de Coaniquem, iniciativa principalmente financiada a través de los aportes a la campaña que hoy permite a niños y niñas provenientes de zonas alejadas de Chile y otros países de la región poder alojar en el centro y, además, poder asistir al Colegio Hospitalario.

Jorge Rojas Zegers, fundador de Coaniquem.
Pese a que no pudo asistir de manera presencial, el presidente de Cristalerías de Chile, Baltazar Sánchez –cuyas palabras fueron leídas por Eduardo Carvallo, gerente general de la compañía–, destacó el alcance de la iniciativa y compartió una anécdota: “Para anunciar su cierre (de la campaña), un alcalde del extremo sur del país nos envió un audio que aún nos conmueve. Nos dijo: ‘Por favor, no la retiren (la campaña de reciclaje). Es lo único que tenemos. Me acabo de sumar a una iniciativa global en la Antártida y lo único que podría mostrar es esta campaña. Eso muestra el impacto de la campaña. Fue la hoja de ruta y transformó el reciclaje de vidrio en un verdadero servicio público”, destacó.
En la ceremonia, además, se hizo una mención especial a Juan José Edwards, impulsor de “Reciclando el vidrio ayuda” desde su rol en Cristalerías Chile; y también a Ricardo Claro Valdés, fundador de Grupo Claro. En representación de este último, su esposa y presidenta de la Fundación Claro Vial, María Luisa Vial de Claro, acudió al evento y recibió el reconocimiento “Líder Solidario” junto al fundador de Coaniquem, el doctor Jorge Rojas Zegers, por su activa participación en la alianza entre ambas compañías.

Asistentes al evento de conmemoración de los 30 años de la alianza.