No todo lo que brilla es oro. Bien lo sabe el directorio de Camanchaca, que en sesión extraordinaria de fecha 28 de enero de este año, y en función de los negativos resultados de su división cultivos norte, dedicada al cultivo de abalones, decidió el cierre de este negocio, informó la compañía en un hecho esencial.
La unidad en cuestión ha significado pérdidas en Ebitda de US$ 9,3 millones entre 2016 y septiembre de 2024, y tras haberse explorado sin éxito diferentes alternativas para recuperar su rentabilidad, la firma optó por el cese operacional. Esto pese a que dicho molusco tiene un alto precio en el mercado.
"Se hace presente que la biomasa de mayor tamaño se cultivará durante el primer semestre del presente año, para su cosecha, proceso y comercialización durante el 2025", detalló la empresa.
Se estima que la decisión informada generará una pérdida después de impuestos de US$ 4,9 millones, por concepto de deterioro de activos y eliminación de biomasa de menor tamaño, la cual se reflejará en los estados financieros al 31 de diciembre de 2024, sin efectos materiales en flujos de caja, explicó Camanchaca.