Empresas y Startups

“Patentar por patentar es una pérdida de dinero”


Ante un nuevo desarrollo o invento, “lo primero es ver si vale la patentar, ya que no todo lo es. Pero si uno lo hace o lo deja como secreto de industria hay que desarrollar un plan de trabajo para ello a futuro...

Por: | Publicado: Lunes 29 de agosto de 2011 a las 05:00 hrs.
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Por Francisca Orellana 


Ante un nuevo desarrollo o invento, “lo primero es ver si vale la patentar, ya que no todo lo es. Pero si uno lo hace o lo deja como secreto de industria hay que desarrollar un plan de trabajo para ello a futuro o, al menos, tener una cierta idea para dónde va, ya que el patentamiento por patentamiento es una pérdida de dinero”, explica Juan Schneider, físico chileno radicado en Canadá y que ha revolucionado la industria de la nanotecnología mundial al crear un proceso industrial para la fabricación de monocapas -superficie de moléculas con propiedades específicas- que posteriormente vendió a una firma de Estados Unidos y ahora se dedica a consultoría de transferencias tecnológicas.

Por ello es que habla con propiedad. Es el ejemplo del investigador que se convirtió en empresario y, para ello, tuvo que partir de cero: desde la idea, buscar los fondos con inversionistas o hacer alianzas con universidad para sacarlo adelante hasta la venta misma de la empresa. “Con toda esta experiencia pude cerrar el círculo y el proceso fue muy valioso”, dice el ejecutivo que cuenta con siete patentes en nanotecnología en 95 países, y que estuvo de visita en Chile parte del programa “Plataforma del Conocimiento”, que desarrollan en conjunto el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (Inapi) y la Unión Europea, y que tiene por objetivo difundir diversos temas sobre propiedad industrial y fortalecer la investigación, desarrollo e innovación.

Cultivar la relación con empresas 


Schneider explica que en Chile los científicos siguen privilegiando hacer papers de sus investigaciones porque es lo que da validez en el mundo de la ciencia, “lo que es muy valioso en sí, pero también hay que cultivar la relación con las empresas. Y se puede hacer, al final del día el resultado termina siendo muy valioso”.

Agrega también que, en ese sentido, no hay que tenerle miedo al fracaso. “Si algo no funciona, el hecho de haber tomado el paso de intentarlo es satisfactorio igual y hay que seguir adelante. Los 10 más grandes millonarios del mundo tuvieron fracasos, por lo que no hay que tener miedo. De todo aquello se aprende y se sacan lecciones”, dice.

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